Publicado el 2 de enero de 2014
Hace poco descubrí un blog muy bueno escrito por el Padre Peter Carota, un sacerdote de Phoenix, Arizona en EEUU. El blog se llama Traditional Catholic Priest y lo recomiendo a todos los que leen en inglés. Y para los que no dominan el inglés he traducido una entrada del blog en cuestión. Espero que os guste. Es una mirada sacerdotal sobre el mal en el mundo y el sufrimiento causado por desobedecer los Mandamientos del Señor.
Cuento esto mientras reflexiono sobre las decisiones que llevaron a esta joven mujer a convertirse en una prostituta, estar enganchada a las drogas y recibir palizas de los hombres. Todo esto me conmueve profundamente.
Cada vez que veamos a gente rota, prostitutas, drogadictos y alcohólicos, debería conmovernos profundamente. Debería intranquilizarnos que existan carteles de la droga, casas de la droga y jóvenes fumando marihuana. ¿Quiénes son los hombres que introducen a estas mujeres en el negocio del sexo? ¿Quiénes son los hombres que pagan por tener sexo con estas prostitutas? ¿Cómo empezaron a destruirse y a destruir a las mujeres? ¿Cómo arrancaron todos los carteles mejicanos? Intentemos unir cabos, descubramos lo que llevó a esta joven a convertirse en una prostituta y una drogadicta.
Al nacer era una niña preciosa. Dios la creó a Su imagen y semejanza. Siendo mejicana lo más probable es que fue llevada a una iglesia católica por sus padres y padrinos para ser bautizada. ¿Entonces qué falló?
Aquí es donde tengo que distinguir entre los cabos católicos y los que yo llamo liberales. Lo más seguro es que fue un bautismo en que el cura nunca dijo nada acerca de renunciar a Satanás, rechazar sus pompas, ni tomar una firme determinación de ser una católica practicante y santa. Quizá me equivoque. No lo sé. No estuve ahí. Simplemente deduzco desde el punto de partida: una prostituta mejicana, y doy marcha atrás hacía donde todo empezó.
La única razón por la que utilizo a una prostituta mejicana en vez de una blanca es que la blanca tendría menos papeletas de ser católica. Hay prostitutas blancas, orientales, negras e hispanas. Todas nuestras razas pecan. Amo todas las razas y quiero que todas se salven por medio de la Iglesia Católica de Jesucristo.
A lo mejor sus padres no practicaban ni entendían demasiado bien la fe católica. ¿Quién tendría la culpa de ello? Los obispos, curas, catequistas y padres. Tenemos un catolicismo que es “simpático” hacía todo el mundo que pide los sacramentos. ¿Pero es simpático que una niña acabe como una prostituta drogadicta? Por este motivo he sacado todo esto. No tengo todas las respuestas. Sólo medito sobre lo que tenemos que contemplar cada día, y quiero hacer algo para parar lo que causó que esta joven sufra hoy como prostituta apaleada.
Seas liberal, tradicional, católico o no, debería molestarte que la sociedad sea tan mala y que la gente sufra tanto por sus pecados. ¿Nunca te has preguntado porqué?
Cada paso en el camino de la vida de esta joven tuvo su importancia. La familia que tuvo. Los amigos en el colegio. La parroquia que visitaba (o no). Los sacerdotes en la parroquia. El obispo de su diócesis. La edad con que empezó a salir con chicos. El hombre que le robó la virginidad. Los amigos que le ofrecieron drogas por primera vez. Su instituto. Los profesores que tuvo. Los deberes que hizo (o no). Las películas que vio. Las amigas que le introdujeron en la música que ahora le gusta. La ropa que su madre y su hermana llevaban. Las revistas que leyó. Los libros que leyó. Las oraciones que aprendió (o no). Las oraciones que rezó en familia (o no).
¿Tuvo a un padre santo? ¿Estaban siempre trabajando sus padres mientras ella se iba de fiesta? ¿La querían sus padres y se lo decían? ¿Fue fiel su padre a su madre? ¿Tomaba drogas o estuvo en la cárcel? ¿Fue una autoridad espiritual para su familia? ¿Abandonó a ella y a su madre? ¿Le permitió irse de fiesta y vestirse sin pudor?
Cuando fue a Misa, ¿escuchó la Verdad Católica o fue complacida con mensajes bienpensantes diciendo que todos estamos muy bien como estamos? ¿Su familia fue impactada por las homilías del sacerdote? ¿Fueron exhortados a ser santos y a obedecer las reglas de la Iglesia de Cristo?
Yo opino que todo el sufrimiento en el mundo de hoy es el resultado directo de un catolicismo diluido. Es causado por sacerdotes y obispos que se niegan a decir las verdades que duelen, porque ellos mismos ya ni las creen ni quieren vivir en sintonía con ellas. Este silencio puede deberse también al miedo que tienen de decir la Verdad Católica, pensando en los problemas que se buscarán con sus obispos progresistas o con el pueblo que oye su predicación.
Si, la gente se larga de la parroquia si dices la verdad acerca de la moral católica.
Sin embargo, opino que es precisamente por no predicar estas leyes importantes de Dios (que ofenden a la mayoría de católicos) que tenemos a prostitutas católicas enganchadas a las drogas y padeciendo palizas de sus chulos.
A lo largo del camino hacía la prostitución los padres, los amigos y la Iglesia podían haber salvado a esta joven. Quizá dirás que por muy buenos sacerdotes, padres o amigos que tuviera, hubiera terminado siendo una prostitua de todas maneras. Es una posibilidad. No obstante, la estricta enseñanza moral, familias católicas fuertes y la autodisciplina suelen dar vidas más felices, más santas y más sanas.
Si queremos ayudar a nuestros familiares y a los miembros de nuestra Iglesia a ser libres, santos, felices y sanos, podemos compartir con todos los que conocemos la moral católica. Podemos recordarles la gran verdad: “la moralidad de Dios es una moralidad de amor para ahorrarnos sufrimiento.” Podemos recordar que Dios nos creó y que nos conoce muchísimo mejor que nosotros mismos. Dio Sus Mandamientos a Sus hijos, por amor, para protejernos, sin otra razón. ¿Cuándo maduraremos y entenderemos esto?
Dado que casi todos vemos el sufrimiento de los pobres pecadores en este mundo, es una gracia poder evitar el pecado y vivir una vida santa. Por amor puedes ser un católico tradicional y hablar la verdad con amor. Todo se reduce al AMOR. Amamos a Dios y queremos obedecerle. Amamos a los demás y queremos que ellos le obedezcan, para que no sufran, aquí en este mundo y en el otro mundo, para toda la Eternidad en el Infierno.
Hace poco descubrí un blog muy bueno escrito por el Padre Peter Carota, un sacerdote de Phoenix, Arizona en EEUU. El blog se llama Traditional Catholic Priest y lo recomiendo a todos los que leen en inglés. Y para los que no dominan el inglés he traducido una entrada del blog en cuestión. Espero que os guste. Es una mirada sacerdotal sobre el mal en el mundo y el sufrimiento causado por desobedecer los Mandamientos del Señor.
Atando los cabos de pecado; el catolicismo diluido que causa sufrimiento
Una mujer entró a mi despacho aquí en Santa Catalina de Siena para pagar $3 por un cirio. Vive al otro lado de la calle de la rectoría/despacho. En medio de la noche oigo gritos de mujeres que provienen de cerca de su apartamento. Los tiros también suelen provenir de esa dirección. Le pregunté de qué iba todo eso.
Me contó que más allá en el callejón hay una casa de drogas, y que dan palizas a las prostitutas que no traen suficiente dinero.
El otro día me fijé en una joven
mejicana que vestía de forma muy poco modesta y caminaba hacía ahí.
Sentí lástima por ella y pensé que debía ser una prostituta por el color
rojo chillón del vestido/bañador que llevaba.Cuento esto mientras reflexiono sobre las decisiones que llevaron a esta joven mujer a convertirse en una prostituta, estar enganchada a las drogas y recibir palizas de los hombres. Todo esto me conmueve profundamente.
Cada vez que veamos a gente rota, prostitutas, drogadictos y alcohólicos, debería conmovernos profundamente. Debería intranquilizarnos que existan carteles de la droga, casas de la droga y jóvenes fumando marihuana. ¿Quiénes son los hombres que introducen a estas mujeres en el negocio del sexo? ¿Quiénes son los hombres que pagan por tener sexo con estas prostitutas? ¿Cómo empezaron a destruirse y a destruir a las mujeres? ¿Cómo arrancaron todos los carteles mejicanos? Intentemos unir cabos, descubramos lo que llevó a esta joven a convertirse en una prostituta y una drogadicta.
Al nacer era una niña preciosa. Dios la creó a Su imagen y semejanza. Siendo mejicana lo más probable es que fue llevada a una iglesia católica por sus padres y padrinos para ser bautizada. ¿Entonces qué falló?
Aquí es donde tengo que distinguir entre los cabos católicos y los que yo llamo liberales. Lo más seguro es que fue un bautismo en que el cura nunca dijo nada acerca de renunciar a Satanás, rechazar sus pompas, ni tomar una firme determinación de ser una católica practicante y santa. Quizá me equivoque. No lo sé. No estuve ahí. Simplemente deduzco desde el punto de partida: una prostituta mejicana, y doy marcha atrás hacía donde todo empezó.
La única razón por la que utilizo a una prostituta mejicana en vez de una blanca es que la blanca tendría menos papeletas de ser católica. Hay prostitutas blancas, orientales, negras e hispanas. Todas nuestras razas pecan. Amo todas las razas y quiero que todas se salven por medio de la Iglesia Católica de Jesucristo.
A lo mejor sus padres no practicaban ni entendían demasiado bien la fe católica. ¿Quién tendría la culpa de ello? Los obispos, curas, catequistas y padres. Tenemos un catolicismo que es “simpático” hacía todo el mundo que pide los sacramentos. ¿Pero es simpático que una niña acabe como una prostituta drogadicta? Por este motivo he sacado todo esto. No tengo todas las respuestas. Sólo medito sobre lo que tenemos que contemplar cada día, y quiero hacer algo para parar lo que causó que esta joven sufra hoy como prostituta apaleada.
Seas liberal, tradicional, católico o no, debería molestarte que la sociedad sea tan mala y que la gente sufra tanto por sus pecados. ¿Nunca te has preguntado porqué?
Cada paso en el camino de la vida de esta joven tuvo su importancia. La familia que tuvo. Los amigos en el colegio. La parroquia que visitaba (o no). Los sacerdotes en la parroquia. El obispo de su diócesis. La edad con que empezó a salir con chicos. El hombre que le robó la virginidad. Los amigos que le ofrecieron drogas por primera vez. Su instituto. Los profesores que tuvo. Los deberes que hizo (o no). Las películas que vio. Las amigas que le introdujeron en la música que ahora le gusta. La ropa que su madre y su hermana llevaban. Las revistas que leyó. Los libros que leyó. Las oraciones que aprendió (o no). Las oraciones que rezó en familia (o no).
¿Tuvo a un padre santo? ¿Estaban siempre trabajando sus padres mientras ella se iba de fiesta? ¿La querían sus padres y se lo decían? ¿Fue fiel su padre a su madre? ¿Tomaba drogas o estuvo en la cárcel? ¿Fue una autoridad espiritual para su familia? ¿Abandonó a ella y a su madre? ¿Le permitió irse de fiesta y vestirse sin pudor?
Cuando fue a Misa, ¿escuchó la Verdad Católica o fue complacida con mensajes bienpensantes diciendo que todos estamos muy bien como estamos? ¿Su familia fue impactada por las homilías del sacerdote? ¿Fueron exhortados a ser santos y a obedecer las reglas de la Iglesia de Cristo?
Yo opino que todo el sufrimiento en el mundo de hoy es el resultado directo de un catolicismo diluido. Es causado por sacerdotes y obispos que se niegan a decir las verdades que duelen, porque ellos mismos ya ni las creen ni quieren vivir en sintonía con ellas. Este silencio puede deberse también al miedo que tienen de decir la Verdad Católica, pensando en los problemas que se buscarán con sus obispos progresistas o con el pueblo que oye su predicación.
Si, la gente se larga de la parroquia si dices la verdad acerca de la moral católica.
Sin embargo, opino que es precisamente por no predicar estas leyes importantes de Dios (que ofenden a la mayoría de católicos) que tenemos a prostitutas católicas enganchadas a las drogas y padeciendo palizas de sus chulos.
A lo largo del camino hacía la prostitución los padres, los amigos y la Iglesia podían haber salvado a esta joven. Quizá dirás que por muy buenos sacerdotes, padres o amigos que tuviera, hubiera terminado siendo una prostitua de todas maneras. Es una posibilidad. No obstante, la estricta enseñanza moral, familias católicas fuertes y la autodisciplina suelen dar vidas más felices, más santas y más sanas.
Si queremos ayudar a nuestros familiares y a los miembros de nuestra Iglesia a ser libres, santos, felices y sanos, podemos compartir con todos los que conocemos la moral católica. Podemos recordarles la gran verdad: “la moralidad de Dios es una moralidad de amor para ahorrarnos sufrimiento.” Podemos recordar que Dios nos creó y que nos conoce muchísimo mejor que nosotros mismos. Dio Sus Mandamientos a Sus hijos, por amor, para protejernos, sin otra razón. ¿Cuándo maduraremos y entenderemos esto?
Dado que casi todos vemos el sufrimiento de los pobres pecadores en este mundo, es una gracia poder evitar el pecado y vivir una vida santa. Por amor puedes ser un católico tradicional y hablar la verdad con amor. Todo se reduce al AMOR. Amamos a Dios y queremos obedecerle. Amamos a los demás y queremos que ellos le obedezcan, para que no sufran, aquí en este mundo y en el otro mundo, para toda la Eternidad en el Infierno.
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