Cristo de la Luz

Cristo de la Luz

viernes, 11 de septiembre de 2015

Teorías de la Conspiración


Creo que hoy, cuando se cumplen 14 años de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York, es un buen día para hablar de conspiraciones. Como católicos tenemos que saber que las conspiraciones son muy reales, y que desgraciadamente forman parte de nuestra vida. El gran Conspirador, el que conspira contra Dios y Su Iglesia, es por supuesto Satanás. Desde su rebelión en el Cielo y su inmediata expulsión de la presencia de Dios, Satanás conspira para llevar al Infierno con él a todas las almas que pueda. Es el Enemigo que nunca duerme, que a todas horas trabaja para nuestra perdición y la del mundo entero. Esto no es una fantasía, un cuento para meterle miedo a la gente. Es la realidad. El que se cree que básicamente todo el mundo es bueno, que el Demonio es una especie de metáfora para el mal, y que el Infierno, si es que existe, está vacío, no solamente es un hereje sino un ingenuo.

Los ingenuos no quieren saber nada de conspiraciones, no vaya a ser que se pinche la burbuja en la que viven. La etiqueta despectiva, "teoría de la conspiración", que ponen a cualquier idea que no es la que nos presentan los medios de comunicación de masas, es en sí un absurdo. ¿Es tan difícil de creer que a menudo los hombres malvados se juntan para planear acciones malvadas? Si las conspiraciones no existieran, porque todos los crímenes se cometían de manera espontánea, sin planificación anterior alguna, deberíamos tachar hoy mismo el delito de conspiración de nuestro código penal, pero cualquier abogado penal sabe que la conspiración para cometer un delito es lo más normal del mundo.

En el mundo de los ingenuos, donde no existen las conspiraciones y todo es exactamente como parece a primera vista, los gobernantes son esencialmente buena gente que se preocupa por el bien de su pueblo. Claro, los ingenuos admiten que los habitantes de otros países lejanos no tienen esa misma suerte, pero como todos sabemos, es difícil que alguien pierda el sueño por algo que ocurre al otro lado del planeta. Los ingenuos se creen todo lo que los medios de comunicación de masas les cuentan (todos cuentan básicamente lo mismo). Si Televisión Española anuncia que el hielo polar se están derritiendo, los españoles se lo creen. Si la BBC emite, en plena Semana Santa, un documental sobre el "descubrimiento" de la tumba de Jesucristo, los británicos se los creen. Con tanta credulidad, sin embargo, es curioso como ya casi nadie se cree lo que dice la Biblia. Incluso podría establecerse una relación inversamente proporcional entre la fe de una persona en los medios de comunicación y su fe en la Palabra de Dios.

Los ingenuos también se tragan todo el teatro alrededor de las noticias políticas. Que si fulanito de tal partido ha criticado a menganito del otro partido, que si el partido X nunca pactaría con el partido Y, que si mítines, que si ruedas de prensa, que si debates, etc., etc., etc.. Todo es una farsa. Cada cuantos años la democracia nos ofrece elegir entre distintas siglas, que en el fondo no representan más que el mismo producto con diferentes envoltorios. Todos los partidos ya han asumido la misma ideología subyacente: el liberalismo, y poco importa que un partido sea más conservador o más progresista. En Europa, por ejemplo, casi todos los grandes partidos con opciones de gobernar son abortistas. Los parlamentarios pasan interminables horas hablando de los derechos de unos y de otros, mientras ellos vulneran el derecho más fundamental: el derecho a vivir. En EEUU tanto los demócratas como los republicanos están de acuerdo en las líneas básicas de la política exterior: actuar como la policía del mundo, instalar y derrocar regímenes de otros países a su antojo, librar guerras moralmente injustificables y para ello endeudarse sin límites. Estas cosas ni se debaten, son parte del sistema democrático, que se ha convertido en una elección entre morir apuñalado o envenenado; al final lo mismo da elegir una cosa que otra. La elección es puramente ilusoria, porque todos los partidos políticos obedecen al mismo amo. Es como el espectáculo del titiritero; desde lejos parece que los títeres se mueven solos, pero en realidad hay un hombre escondido que los maneja a todos.

Los que se han dado cuenta de que la democracia moderna es un teatro se suelen preguntar por lo que hay detrás: ¿quién mueve los hilos? Aquí nos adentramos en lo que se suele denominar peyorativamente como "teorías de la conspiración". Hay teorías de todo tipo, y no pienso alargarme en este artículo sobre los distintos grupos que desde la sombra controlan el mundo. Pero lo que está claro, porque a la vista está, es que debe existir un grupo o una élite, que decide cosas fuera del escrutinio público y luego las impone a los gobiernos, porque de otra manera no se explican ciertos fenómenos. Por poner tan sólo un ejemplo, la campaña mundial a favor del homosexualismo no puede ser fruto de la casualidad. No es verosímil creer que tantos gobiernos hayan decidido legalizar la unión entre personas del mismo sexo en tan poco tiempo, sin un acuerdo entre los líderes. Todo ha sido tan orquestado, con un plan que ha sido aplicado a la perfección. Los cristianos que creen que este desastre ha ocurrido sin más, por mala suerte, están ciegos. En mi opinión está claro que lo que se llama el Nuevo Orden Mundial (NOM) ha impuesto a los gobiernos el homosexualismo, con la finalidad primera de debilitar aún más la unidad familiar. Ya se sabe; cuánto más débil esté la familia, más moldeables serán los ciudadanos a las pretensiones del Poder. La segunda finalidad es desatar una persecución contra los pocos cristianos que se opongan a las nuevas leyes que atentan contra la Ley de Dios.

Cuando yo llegué a España hace 18 años, por lo general la gente aún creía que la homosexualidad era un desorden, y prácticamente nadie hubiera querido que el gobierno equiparara la unión entre dos personas del mismo sexo con el matrimonio. Al poco de llegar, la propaganda homosexualista proveniente de EEUU empezó a infiltrar todos los medios españoles. Recuerdo la desagradable impresión que me produjo Philadelphia, una película de 1993 protagonizada por Tom Hanks que cuenta el sufrimiento de un enfermo de sida (como si hubiera contraído la enfermedad al azar), con el español Antonio Banderas en el papel de su amante. Esta película, un intento descarado de modificar la valoración moral del público sobre la sodomía, mediante la lástima y la falsa misericordia, fue premiado con dos Óscars (¡qué casualidad!) En España Pedro Almodóvar fue la pieza clave de esta revolución moral, el que más hizo para "reeducar" a los españoles, para enseñarles mediantes sus películas que lo que antes estaba mal ahora estaba bien. Para apreciar el éxito que ha obtenido en este respecto, no hay más que ver como al inicio de su carrera era considerado un radical que hacía películas de dudoso gusto para una minoría, y ahora es una figura respetadísima entre los poderosos, que goza de un apoyo total de las instituciones. ¡Y sus películas son igual de inmorales que al principio!

El siguiente paso en esta campaña fue trasladar la porquería a la pequeña pantalla, la "caja tonta", (cada vez más tonta). Fue un paso importante, porque el cine, aunque es capaz de modelar poderosamente las mentes, queda más lejano, mientras que la televisión es algo cotidiano, en el corazón del hogar. Las series españolas introducían temas y personajes que "normalizaban" situaciones que antes eran consideradas escandalosas, y se hizo de manera tan gradual que pocos se percataron de lo que estaba ocurriendo. Cuando los españoles ya se habían tragado miles de horas de este tipo de series en la tele, y estaban acostumbrados a que el pecado se presentara como algo loable y que la rectitud moral fuera objeto de risa, el terreno estaba abonado para los cambios legislativos. La legalización del sodomonio en España (y me imagino que será una historia parecida en todos los demás países donde se ha logrado) debe tanto o más al adoctrinamiento cultural previo que al ex-presidente Rodríguez Zapatero. A todos los efectos, la televisión hoy en día es un auténtico portal del Infierno, y la única forma de no padecer su influencia nefasta es apagarla definitivamente.

Me parece evidente que para diseñar y llevar a cabo toda esta campaña de adoctrinamiento a favor del homosexualismo tiene que haber una mente pensante. Algún grupo, con muchísimos recursos, ha tenido que tomar la decisión de implementar y financiar esta campaña. En su día, nadie salió en las noticias para anunciar el lanzamiento de dicha campaña, y tampoco hoy los políticos hablan de ella, por lo que necesariamente estamos hablando de organizaciones secretas que actúan en la sombra. Si hablamos de teorías de la conspiración, podría mencionar el Club Bilderberg, los Illuminati, la Masonería, el sionismo, etc. Pero lo más importante, lo que nunca debemos perder de vista los católicos, es que detrás de estos grupos y del NOM está el Demonio. Es el titiritero por excelencia, el Príncipe de este mundo, que tiene a los ricos y poderosos en sus manos y los maneja a placer.
Nuestro Señor nos advirtió que Satanás era un mentiroso, por lo que no es difícil imaginar de donde vienen tantas mentiras que hoy en día abundan. También Nuestro Señor nos dijo que la verdad nos hacía libres, lo cual quiere decir que la mentira nos esclaviza. ¡Cuántos esclavos de la mentira hoy!

Hay mentiras de todo tipo: mentiras políticas, económicas, culturales, espirituales. Siempre me ha llamado la atención que Jesús empieza su discurso sobre los últimos tiempos (Mateo 24:4) con las palabras: "No os dejéis engañar." Evidentemente la mentira siempre ha estado en el mundo, pero creo que es una señal de que estamos ya en los últimos tiempos que haya tantas mentiras tan gordas que son creídas por tanta gente. ¿Por dónde empezar? El evolucionismo, la filosofía subjetivista y relativista moderna, tantas falsas religiones, el feminismo, el marxismo cultural, etc... Estas son las gordas, las que te llevan directamente al Infierno, porque se oponen frontalmente a la Revelación Divina y son incompatibles con la fe católica, pero las "pequeñas", las que no tienen relación directa con la fe, también tienen su papel. Citaré unas cuantas recientes: las armas de destrucción masiva en Iraq, el uso de armas químicas por las tropas de al-Assad en Siria, la burbuja inmobiliaria, el calentamiento global, los atentados del 11 de marzo en Madrid, y por supuesto los ataques del 11 de septiembre. Estas mentiras son utilizadas por la élite para manipular a su gente, enriquecerse a su costa y salirse siempre con la suya.

En consideración a la fecha de hoy, en homenaje a las víctimas de los ataques del 11 de septiembre de 2001, ruego a mis lectores que, si no lo han hecho ya, se informen sobre lo que realmente pasó ese día. ¿Por qué es importante conocer la verdad de los hechos? Porque si nos creemos acríticamente la versión oficial, si nos tragamos de manera borreguil todas las mentiras que nos suministra el Poder, no somos más que "tontos útiles", en palabras de Lenin. La ignorancia voluntaria es pecado, por lo que hay que hacer un esfuerzo y educarse en la verdad. Gracias a Dios tenemos internet (no sabemos por cuánto tiempo), que aún no está censurado. Lo bueno de internet es que cualquiera, hasta un servidor, puede tener un blog por cero euros al mes y escribir allí lo que le viene en gana, y personas de todos los países tendrán acceso a ello. Naturalmente hay una cantidad enorme de tonterías en la red, por no hablar de cosas peores, como el asqueroso negocio de la pornografía. Sin embargo, si uno saber navegar en el océano de la red, encontrará información que no está disponible en ningún otro sitio, por la sencilla razón de que los medios de masas,- television, prensa escrita y radio,- están en manos del NOM. Los grupos mediáticos son muy costosos de mantener, y tienen que depender de grandes corporaciones para su financiación. Esto a su vez les limita en cuanto a las cosas que pueden decir. Hay una línea roja que no pueden traspasar; de hacerlo perderían inmediatamente el apoyo económico de sus dueños. Comprando todos los medios de comunicación es como la élite controla a la población, o mejor dicho, como controlaba a la población, porque con el advenimiento de internet la cosa se les ha ido de las manos.

Digo que es importante conocer la verdad de los hechos acerca del 11 de septiembre, y animo a mis lectores a investigar por sí mismos (no en fuentes controladas por el Dinero, sino en organizaciones independientes). Recomiendo especialmente Architects & Engineers for 9/11 Truth. El que cuestione alguno de los dogmas de la corrección política previsiblemente obtendrá reacciones que irán desde la incomprensión hasta el escarnio. Pero si mis lectores son todos católicos, eso no debería ser nuevo para ellos; estarán más que acostumbrados. Y si tienen un rato, rezarán un Ave María por las víctimas que hoy recordamos, a las que este artículo va dedicado.

lunes, 7 de septiembre de 2015

El león Cecil. ¿Qué tal el humano Jivan?

[Nota del traductor: El autor hace referencia a una “noticia” que acaparó portadas en los telediarios de EEUU, pero que en otros países ha tenido relativamente poca difusión: la muerte de un león llamado Cecil, que por lo visto era una especie de celebridad animal.]

¿Saben una cosa? Lo entiendo. Entiendo muy bien la indignación suscitada por el abatimiento del león Cecil por un dentista de Minnesota, previo pago de 50.000 dólares. Tomando medidas extremadas para protegerse, el dentista acabó con el león de un tiro de escopeta, tras herirlo torpemente con un arco para que se desangrara durante días, mientras el intrépido cazador y sus guías profesionales le seguían la pista. Luego, le cortó la cabeza para llevársela a casa y colgarla en su despacho.
¡No me dirán que no fue un combate en igualdad de condiciones! Un hombre se juega la vida luchando contra una fiera. Es un duelo a muerte según la ley de la selva. Así es como imaginamos la caza mayor: un deporte extremo para los que ansían matar una fiera que tiene muchas posibilidades de matarles a ellos (dejando de lado la consideración de pecado mortal que tiene un deporte tan arriesgado). O, más noblemente, sería  defender a nuestros semejantes de una fiera suelta. No es así este modo de caza; un subidón al estilo de Disney World con la ilusión del peligro pero perfectamente protegido, y al final el mejor trofeo para un hombre vulgar y adinerado. Cecil, un león famoso y acostumbrado al contacto amistoso con humanos, que vivía en una reserva de Zimbabwe, fue atraído con un cebo apetitoso y cooperó confiadamente con quien lo mató.

Este tipo de “caza” para turistas es muy común. Es un negocio lucrativo, y generalmente a nadie le molesta. Sin embargo, si pagas 50.000 dólares para matar un animal famoso de una manera tan cobarde y llevarte la cabeza como trofeo, en nuestra era sensiblera no puedes esperar otra cosa que un escándalo tremendo cuando la noticia del acto se difunda por la red. Una cosa es la indignación por lo ocurrido y otra el odio feroz hacía el cazador, que lleva a pedir su encarcelamiento, por no hablar de las amenazas salpicadas de palabrotas de matarle del mismo modo en que mató al león.

El mundo ruge pidiendo la sangre de un dentista descocido de Minnesota, hasta el punto que ya no puede extraer dientes para ganarse el pan, porque se ha visto obligado a cerrar su clínica por miedo a represalias. Eso sí, los abortistas siguen extrayendo niños del vientre de su madre, seccionando cabezas humanas y no de leones. A esos carniceros sólo les preocupa un puñado de testarudos manifestantes pro-vida que se enfrentan a la cárcel si osan restringir el acceso a estos mataderos. La propuesta de ley presentada al Senado para retirar los fondos públicos destinados Planned Parenthood, debido al tráfico que realiza dicha entidad con órganos de bebés abortados, ha fracasado (por supuesto), mientras que una resolución para condenar la muerte del león Cecil habría triunfado por un amplio margen.

Entonces, ¿a qué viene todo esto? No se trata de una sobrevaloración de la vida animal, como cabría pensar en un análisis superficial. ¿Cuánta gente que se ha rasgado las vestiduras por la suerte que ha corrido el león Cecil habría donado 100 dólares para salvarlo? Si tuvieran que elegir entre ver el partido de fútbol del domingo y salvar a Cecil, ¿cuántos de los que llamaron indigandos a tertulias de TV se habrían perdido el partido para salvar al león? ¿Y quién exigiría la cabeza del dentista si éste hubiera abatido un hipopótamo gordinflón, un rinoceronte con malas pulgas o un jabalí verrugoso?
De lo que se trata no es de la sobrevaloración de la vida animal, sino de la devaluación radical de la vida humana. La sensibilidad colectiva todavía es capaz de indignarse por la crueldad hacía los animales, aunque sólo sea el destino de los más atractivos el que suscita las iras por un tiempo. Sin embargo, esa misma indignación no se extiende a los animales racionales. El aborto, como el fútbol, ya forma parte del tejido social estadounidense, y hasta los que lo critican en principio lo aceptan pasivamente en la práctica.

Ni siquiera los obispos estadounidenses pro-vida animan a los católicos a manifestarse en las calles para pedir el fin del aborto poniéndose ellos en primera fila. Nos viene a la memoria uno que hizo precisamente eso, el difunto monseñor Austin B. Vaughan, detenido y encarcelado en múltiples ocasiones, que le dijo al gobernador de Nueva York, Mario Cuomo, que estaba en serio peligro de irse al Infierno. La desaparición del movimiento Rescate fue el último suspiro de la conciencia social de que el aborto es la matanza a sangre fría de seres humanos inocentes, que debería prohibirse al igual que está prohibido matar a los que el juez Antonio Scalia llama “personas que andan”, en contraposición grotesca con los fetos, que a su juicio no merecen ninguna protección legal.

El aborto se mantiene porque la mayoría de la gente no le ve un coste perceptible social o psicológico. Los abortorios sigue formando parte del paisaje de fondo de la vida diaria en los EE.UU. La indignación provocada por el tráfico de órganos humanos por parte de la organización abortera Planned Parenthood confirma claramente que el actual asesinato en masa de los no nacidos fue aceptado hace tiempo como parte del statu quo sociopolítico. Tan sólo el tráfico de los órganos de sus víctimas reavivó el sentimiento colectivo de crueldad hacía los seres humanos. Pero en fin, la votación en el Senado fracasó. Es hora de pasar página. Y la carnicería de los inocentes continuará igual que antes.

De lo que se trata es de que la gente siente hastío de su propia especie. Claro que aún aman a sus seres queridos como casos particulares, pero la especie en sí no goza de mucha estimación. Por ello, el sacrificio humano de Jivan Kohar, niño de diez años, en un templo hinduista, tal y como contó la CNN hace pocos días, no duró mucho en las cabeceras de los noticiarios. El asesinato ocurrió en Nepal, donde el padre de un niño enfermo puso en práctica el consejo de un sacerdote hindú de sacrificar al hijo de otro para curar al suyo. Aquí tienen una foto de la víctima:


El hecho es que el sacrificio humano todavía forma parte de los rituales hinduistas en ciertos lugares del mundo. Por ejemplo, en el año 2006 la prensa de la India informó del sacrificio de un niño de tres años, “uno entre docenas” realizados por una secta local. “Dos hombres usaron un cuchillo para cortarle la nariz, luego las orejas y las manos, y dejarlo postrado desangrándose ante la imagen de Kali.”

En EEUU el mismo tipo de ritual ocurre en los abortorios, donde los niños son sacrificados sin hacer referencia siquiera a alguna deidad imaginaria, sino por pura conveniencia. Y nuestra nación permite que ocurra, año tras año, década tras década. Me reitero: la gente quiere a los suyos, pero piensa poco en la especie a la que pertenece. Aristóteles observa en La Política:
Cuando el hombre es desprovisto de la virtud, es el animal más perverso y salvaje, el más lujurioso y glotón. (La Política 1253a) 

El hombre se ha cansado de sí mismo porque se ha cansado de como es ahora. En nuestra época es natural que las personas sientan tanto cariño por sus mascotas, que nunca les han traicionado como sus congéneres humanos. Era de esperar que el público manifestara infinitamente más indignación ante el destino del león Cecil que el del humano Jivan.

El mismo hecho de desposeer la humanidad de sus privilegios sustenta el culto mundial del ecologismo, lo cual explica su relación con los “derechos reproductivos”. Esto se observa de manera sutil hasta en Laudato sí (LS), la primera encíclica ecológica. Desde el inicio LS lamenta con gran elocuencia la desaparición de “miles de especies vegetales y animales que ya no podremos conocer, que nuestros hijos ya no podrán ver”, y que ya “no podrán dar gloria a Dios con su existencia ni podrán comunicarnos su propio mensaje”.

LS no dice absolutamente nada sobre los anticonceptivos, y aplaza hasta párrafos lejanos una mención del brutal desmembramiento y asesinato de millones de niños inocentes mediante el aborto, donde ya no se menciona la gloria de Dios y se habla tan sólo del embrión humano como parte de la realidad que no debemos obviar en nuestra preocupación por cuidar de la naturaleza y en nuestra lucha por salvaguardar el medio ambiente. (LS 33, 91, 117, 120)

Hasta la apelación de la encíclica al cariño, la compasión y la preocupación por otros seres humanos se expresa en términos de “una comunión universal” con el resto de la naturaleza, mientras que las referencias a la dignidad humana y al valor inalienable de cada ser humano aparecen en el contexto del “ensañamiento con cualquier criatura” o “hacer sufrir inútilmente a los animales y sacrificar sin necesidad sus vidas”. (LS 92, 130) La noción de que la dignidad del ser humano es radicalmente diferente de la dignidad de las criaturas irracionales, que el hombre con su alma racional está en una categoría por encima de toda la naturaleza, es socavada por una aseveración tan débil como ésta: “El pensamiento cristiano reclama un valor peculiar para el ser humano por encima de las demás criaturas…” LS 119. Poco importa lo que Dios ha dispuesto con la ley divina y natural, que ata a todos los hombres.

El hastío del hombre para con su propia naturaleza ha penetrado el elemento humano de la Iglesia, junto con el resto del espíritu nihilista de nuestra época postcristiana, y ha dado lugar a una Iglesia que es ahora prácticamente postcatólica en su postura frente al mundo. Por esta razón nos dan una encíclica de 192 páginas sobre el medio ambiente, dirigida a “todas las personas que viven en este planeta”, mientras que Francisco y el Vaticano guardan silencio sobre asuntos como el escándalo de Planned Parenthood, la contínua masacre de cristianos en diversos países, y el sacrificio humano de Jivan Kohar (¡y quién sabe cuántos más!) en un templo hindú hace pocos días. Por esta razón LS achaca millones de sacrificios humanos mediante el aborto a “que no se protege al embrión humano”. (LS 120)

El año pasado el Cardenal Tauran, prefecto del supremamente ridículo Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, dirigió un mensaje a los hindúes con motivo de la fiesta de Deepavali. Ninguna religión en la Tierra tiene menos respeto a la especie humana que esa. Sin embargo, haciendo caso omiso de las supersticiones diabólicas de esa secta y de su tradicional opresión de las castas inferiores, el Cardenal declaró:

Como personas enraizadas en nuestras respectivas tradiciones religiosas y con convicciones comunes, hinduistas y cristianos podemos unirnos a los seguidores de otras religiones y a la gente de buena voluntad para promover una cultura de inclusión con miras a una sociedad justa y pacífica.
¡Les deseamos una feliz Deepavali!
Parece que este hastío de la naturaleza humana alcanza por fin el hastío de Dios mismo, cuyos decretos divinos en la persona de Jesucristo, incluido el importante mandato que dio a su Iglesia de evangelizar, ya no despiertan ni una chispa de entusiasmo en la mayoría de los eclesiásticos católicos. En ningún sitio se evoca mejor este hastío del hombre y de Dios en nuestro tiempo que en el poema Los hombres huecos de Eliot:

Tuyo es el poder y la gloria
Tuyo es
La vida es
Tuyo es el
Así es como se acaba el mundo,
así es como se acaba el mundo,
así es como se acaba el mundo

No con un estruendo, sino con un suspiro.
El mundo no se acaba aún. La Iglesia será restablecida antes de que los hombres vean que “los Cielos se abren como un libro”. (Apocalipsis 6,14) Pero es menester ver nuestra situación tal como realmente es, para que podamos orientar nuestra esperanza hacia como debe ser, para poder orar y obrar en consecuencia.

Christopher Ferrara

[Traducido por Christopher Fleming y J. E. F.]

miércoles, 19 de agosto de 2015

Un pacto con la jerarquía

El otro día escuché una homilía del P. Michael Rodríguez, titulada Alrededor todo es oscuridad. Para los que no le conocen, el P. Rodríguez es un sacerdote diocesano de Tejas, EEUU, que en noviembre de 2014 fue relevado de sus funciones pastorales por el obispo de El Paso. Este castigo extraordinario se entiende perfectamente si aclaro que el sacerdote en cuestión ofrece exclusivamente la Misa Tradicional. ¡Si hubiera sido hereje o pederasta, no hubiera pasado nada! Pero este crimen execrable merece semejante castigo ejemplarizante, ya que el apego a la liturgia tradicional es uno de los pecados contra el Espíritu del Concilio, que como todos sabemos, no serán perdonados jamás. Estos terribles pecados también incluyen ofender la sensibilidad de algún colectivo, hablar sin ambigüedades sobre la realidad del Infierno y la condenación eterna, mostrar una falta de respeto hacía las falsas religiones, y obedecer a Dios antes que a tu obispo. No sé exactamente lo que pasó en este caso, pero lo que sí sé es que el P. Rodríguez habla como hablaban antes los sacerdotes católicos. Dice verdades como puños, que cualquiera es capaz de entender. No hace falta un ejército de intérpretes y expertos vaticanistas para descubrir cuál es su mensaje, porque su mensaje no es otro que el de Cristo. Predica el Evangelio, como siempre se había predicado. Me imagino que esto le habrá granjeado una multitud de enemigos.

El P. Michael Rodríguez
La homilía que escuché es una reacción a la sentencia del Tribunal Supremo de los Estados Unidos del 26 de junio de este año, que legaliza a nivel nacional el matrimonio entre dos personas del mismo sexo. Con santa ira el P. Rodríguez denuncia la tibieza de la jerarquía eclesiástica ante tamaña ofensa a Dios. Los pocos prelados que se han atrevido a decir algo respecto a la legalización de "matrimonios" sodomíticos lo han hecho con tanta preocupación de no herir los sentimientos de nadie que más les hubiera valido callarse. Cuando una nación entera cae en apostasía, y defiende desde sus instituciones más altas lo que es "abominable a los ojos de Dios" (Levítico 18:22), la respuesta de los obispos católicos de ese país debería ser proporcional al ultraje. Pero no ha sido así. Tristemente, la corrección política y quedar bien ante la sociedad importan mucho más a los obispos de EEUU que el bien común y los derechos de Dios. Y el panorama es similar en el resto del mundo.

Se pregunta el P. Rodríguez: ¿Cómo hemos caído tan bajo? En respuesta, achaca gran parte del desastre a la jerarquía católica. Dice que no le entra en la cabeza y que le rompe el corazón ver como la jerarquía busca aprobar la comunión para los que se encuentran en un estado público de adulterio; como buscan rehabilitar a herejes del pasado, como si fueran buenos hombres, dignos de canonización; como proponen soluciones para la felicidad del hombre que excluyen a Dios. Así dice:

Cuando Satanás se ha infiltrado en la familia y la contaminación espiritual y moral es casi absoluta, cuando el 62% de los católicos irlandeses votan a favor de la sodomía, nuestros líderes de la Iglesia predican sobre el medio ambiente. Todo está al revés. La agenda homosexual está triunfando, poderosos enemigos intentan destruir a Dios y Su Iglesia, ¿y qué hacen nuestros líderes? ... Nuestra casa católica está en llamas, la familia está siendo destruida, Satanás lanza una ofensiva devastadora, y el Papa está preocupado por el aire acondicionado. ¿Os lo podéis creer? Es una desorientación diabólica. La casa en llamas, y alguien se preocupa por apagar el aire acondicionado. Es increíble.
La Casa Blanca celebró la decisión del Tribunal Supremo con los colores del arco iris.

Desde que Irlanda, México y EEUU, en rápida sucesión aprobaron el gaymonio, ¿qué ha dicho sobre el tema el Papa Francisco? Lo mismo que yo he dicho sobre los fichajes del Real Madrid: absolutamente nada. Este silencio atronador habla volúmenes, y lo que dice es que Francisco no quiere combatir el movimiento homosexualista. Esto puede ser por dos posibles razones: 1. no le parece mal que dos hombres se junten en una relación anti-natural y que el estado lo llame "matrimonio", o 2. no está dispuesto a sufrir el desgaste personal y la previsible pérdida de popularidad que le acarrearía enfrentarse a la ideología sodomítica. En el primer caso, se trataría de un hombre que ha perdido todo sentido de la moral, y hasta habría que preguntarse si sigue siendo católico. El segundo caso no sería más que un ejemplo clamoroso de cobardía: un Vicario de Cristo que antepone la aprobación del mundo y su comodidad personal a la misión de predicar el Evangelio y confirmar en la fe. Y no hay más opciones, señores.

No puedo saber lo que pasa dentro de la cabeza de Jorge Bergoglio, ni si aún conserva la fe católica, aunque me permito dudarlo seriamente. Lo que sé es que el homosexualismo es como un cáncer, un vicio tan asqueroso que destruirá nuestra civilización si lo dejamos. La quimioterapia es dolorosa y a nadie le gusta, pero a menudo es lo único que puede salvar la vida a un enfermo de cáncer. Si como sociedad permitimos que el lobby homosexual siga teniendo libertad para extender su veneno a los jóvenes, nos merecemos todo lo que nos vendrá encima. Como no cambie radicalmente la situación, la caída de Occidente será precedida por una degradación moral sin precedentes; aún no hemos visto nada. El mal, sobre todo la perversión sexual, siempre tiende a buscar vicios más extremos y denigrantes. Si no lo paramos nosotros, la cuesta abajo será inevitable.

Los homosexuales tienen prácticas tan aberrantes que no se pueden ni describir aquí.

Y con este panorama, nuestro Pastor Supremo, el hombre que tiene toda la autoridad de Cristo, tendría que erguirse como San Pedro ante el Sanhedrín y desenmascarar este movimiento por lo que es; un arma satánica para la corrupción de las almas. Al escuchar la condena de un Papa santo, toda la Tierra temblaría. Sus palabras resonarían como truenos en los oídos de los impíos. Los buenos se consolarían y los malos se estremecerían de terror. Pero Francisco no es así. Dice esto a los sodomitas: ¿Quién soy yo para juzgar?

En momentos como éste, me vienen a la mente las palabras de San Juan Fisher, tras la capitulación de TODOS sus hermanos en el episcopado inglés ante el usurpador Enrique VIII:
El fuerte ha sido abandonado incluso por los que tenían que defenderlo.
Viendo esta traición a Cristo de los jerarcas de la Iglesia, con Francisco mostrando el camino a seguir, yo propondría un pacto. Sería un pacto entre laicos y hombres de la Iglesia. Sabemos todos que Nuestro Señor quiso que Su Iglesia se gobernara por obispos, sucesores de los apóstoles. Los laicos no pintamos mucho en todo esto, ni hemos querido que fuera de otra manera. Nuestro papel se tiene que limitar a vivir el Evangelio en el mundo, formar familias cristianas y defender los derechos de Dios en nuestros ámbitos: el familiar, laboral, económico, social, cultural y político. ¡Y no es poco! Sin embargo, dado que existe un manifiesto desinterés por parte de la jerarquía eclesiástica en cumplir con sus funciones, propongo que las hagamos nosotros. Evidentemente, no podemos decir Misa, ni impartir los sacramentos, pero excepto eso podemos hacer lo demás. Pongo unos ejemplos.
  • Ante el enésimo escándalo de políticos "católicos" que aprueban leyes que atentan contra los mandamientos de la ley de Dios, en vez de esperar que algún obispo hiciera alguna declaración al respecto, los laicos podríamos hacerla en nuestros blogs. Los fieles irían a páginas como esta para saber lo que un católico debe pensar en una situación dada, y los obispos se ahorrarían la engorrosa tarea de cabrear a sus amigos poderosos, no vaya a ser que éstos dejen de invitarles a sus fiestas y sus happenings.
  • Ante el "holocausto silencioso" del aborto, los laicos haríamos todas las denuncias necesarias, haríamos todo el trabajo sucio de rezar delante de los abortorios y hablar con las mujeres que quieren matar a sus hijos, sin apoyo alguno de la jerarquía. De esta manera los sacerdotes y obispos se podrían olvidar completamente del tema. De vez en cuando podrían hablar de lo bonito que es ser madre, y alguna vez posarían con un bebé en brazos al estilo de los políticos americanos, pero nunca tendrían que mencionar la palabra tan divisiva y desagradable, "aborto", y mucho menos recordar que verter sangre inocente es uno de los pecados que claman venganza al Cielo.
  • Ante la pérdida de fe en Occidente los laicos nos organizaríamos para impartir clases de catequesis a los jóvenes y a quien las pidiera. Las daríamos en nuestras propias casas o incluso en bares (ver este vídeo para hacerse una idea), para no trastocar las diversas actividades socio-culturales programadas en las iglesias y salones parroquiales. De esta manera se liberarían muchos espacios para encuentros ecuménicos, reuniones de ONG´s ecologistas, sesiones de yoga, reiki, risoterapia, etc.
  • Ante la "banalización de la liturgia" (Benedicto XVI dixit), los laicos nos reuniríamos en nuestras casas o en locales alquilados para tal fin, y con la colaboración de algún sacerdote marginal cismático-lefebvrista-fanático-neopelagiano con cara de pepinillos en vinagre, asistiríamos a la Santa Misa con la mayor devoción posible. Sin la obligación de decir Misa, los sacerdotes y obispos modernistas tendrían un montón de tiempo libre, que podrían dedicar a luchar contra el desempleo junvenil y la soledad de las personas mayores, que son, según el Papa Francisco, los mayores problemas que existen hoy en día. Otra ventaja nada despreciable es que sin un horario de Misas, los templos se podrían usar para otros fines más prácticos, como conciertos de rock, mítines políticos y cursos de cocina japonesa.
  • Ante el avance imparable del lobby gay, los laicos nos pondríamos en primera fila y denunciaríamos con todos nuestros medios la infamia del pecado homosexual. La inquisición rosa nos denunciaría, nos multaría y nos llevaría a la cárcel por nuestra actitud intolerante y nuestro lenguaje discriminatorio. Los obispos tranquilamente podrían mirar para otro lado. Al lavarse las manos de este asunto, nadie les acusaría de ser "homófobos". Nosotros cargaríamos con el estigma de ser enemigos de la "igualdad", y por nuestra fidelidad a Dios pagaríamos el precio que exige un mundo apóstata.
"Seguro que el Infierno es fabuloso"
Hay que aclarar que con este pacto se entendería que los sacerdotes y obispos modernos nos dejarían por fin en paz. Ni ellos se meterían en nuestros asuntos, ni nosotros perderíamos el tiempo escuchando sus sandeces o acudiendo a sus templos. Cada parte iría por su lado; nosotros hacía las catacumbas y posiblemente el martirio, y ellos se quedarían exactamente donde están: en sus parroquias folclóricas, llenas de protestantes, y presidiendo sobre diócesis agonizantes. Después de la muerte de la última generación preconciliar, que, aunque sea por inercia cultural, ha mantenido la costumbre de asistir a Misa, ante una disminución tan espectacular de fieles, los obispos no tendrían los medios económicos para mantener el chiringuito. Por ello, propongo que todos los hombres de Iglesia que quieran sumarse al pacto se conviertan en funcionarios del estado, con catorce pagas, pensión y seguro médico incluidos.

Con esta medida el estado gozaría naturalmente del derecho de nombrar a los obispos que considere y hasta reescribir el Catecismo. En lugar de los Diez Mandamientos, pondrían los Derechos del Hombre, que se actualizarían anualmente para dar cabida a todos los nuevos derechos que se van inventando. Seguro que esto no molestaría en absoluto a los neo-obispos, porque lo verían como un paso más en la apertura de la Iglesia hacía el mundo. El estado se beneficiaría de dicho pacto al tener una Iglesia dócil a sus propósitos, una especie de reliquia decorativa que añadiría un poquito de color a las ceremonias estatales. Los políticos hasta podrían jactarse se ser muy "espirituales", al llevarse de maravilla con los neo-obispos y acudir a sus celebraciones religiosas. Ningún neo-obispo volvería jamás a criticar mínimamente cualquier actuación del gobierno. Incluso se les invitaría a participar en sus actos de adoración al Gran Líder, otro gesto encomiable de tolerancia interreligiosa. A cambio, el estado pondría a disposición de la Iglesia todas las playas, estadios de fútbol y aeródromos para la realización de sus macro-eventos.

En los neo-seminarios se sustituiría la asignatura de latín por el baile, para que los futuros sacerdotes aprendan todo tipo de coreografías.
Una última aclaración. Si alguien piensa que hablo en broma, que se desengañe. Esto va en serio. Muy pronto (estoy pensando especialmente en el próximo sínodo sobre la familia en octubre) habrá que escoger entre seguir a la actual jerarquía o mantener la fe católica. Yo he tomado mi decisión. Que cada uno medite la suya.

martes, 4 de agosto de 2015

Carta a mi Esposa



Mi Amor,

Hoy es tu cumpleaños, y como regalo te ofrezco esta pequeña meditación. Espero que te guste. Será quizás la primera vez que lees uno de mis artículos, ya que por un lado no te interesan los temas sobre los que escribo, y por otro nunca te ha gustado que yo fuera tan "radical". Podría escribir mucho sobre la tensión que existe entre nosotros por culpa de nuestra manera muy diferente de vivir la religión, sobre el miedo que tienes a mi visión "extremista" de la vida, pero no creo que sea el momento ni el lugar. Hoy sólo quiero felicitarte y reflexionar un poco sobre nosotros. Ya sé que siempre me acusas de ser un jeremías. Pues, ahora intentaré ser positivo, por una vez.

Por cortesía no te recordaré los años que cumples. (Recuerdo una vez cuando era pequeño, en el cumpeaños de mi madre, le pregunté cuántos cumplía. Me respondió muy seriamente que eso jamás se pregunta a una mujer. Lección aprendida.) Sin entrar en cifras, tú dices que ya has alcanzado la edad a partir de la cual una mujer empieza a ir cuesta abajo; vamos, que en adelante estarás cada vez más fea. Pero la primera vez que me dijiste eso fue hace bastante tiempo, y yo no he notado que estés más fea. Al contrario, me pareces cada vez más hermosa. Quizás hay un mecanismo implantado en el hombre que engaña su sentido estético, de manera que sus hijos siempre le parezcan los más guapos y su mujer la más atractiva. Tendría sentido que Dios nos hubiera diseñado así. No lo sé, pero es lo que me pasa a mí. Creéme cuando te digo que cada vez me gustas más.

Te voy a contar una anécdota, algo que vi el otro día, concretamente en la cola de la biblioteca. Estaba detrás de dos chicas que tendrían unos 15 o 16 años. De pronto, para mi sorpresa, una besó a la otra en los labios. Al recuperarme de la sorpresa y el inevitable asco que me provoca el lesbianismo, mi reacción fue de lástima hacía aquellas pobres jóvenes; en plena efervescencia adolescente, con las emociones fuera de control, son fácil presa de la propaganda homosexualista. Y luego me fijé en que iban vestidas casi como si fueran gemelas idénticas; los mismos pantalones cortos de vaquero, los mismos zapatos de payaso, la misma camiseta cinco tallas demasiado grande, con algún lema absurdo en inglés. Hasta tenían el mismo peinado. Caí en la cuenta de que su "amor" no era más que una especie de narcisismo, y que por ello,- en lugar de buscar al otro, han buscado a una copia de sí mismas-, su relación era fundamentalmente estéril.

¿Qué tiene que ver esto con nosotros? Esta triste escena me hizo reflexionar sobre lo diferentes que somos, que es donde radica la grandeza de nuestra relación. No solamente somos diferentes en cosas accidentales, en cuestiones espirituales o políticas, sino en cuestiones esenciales de carácter, que se derivan de ser hombre y mujer. ¡Qué misterio tan grande la unión entre un hombre y una mujer en el matrimonio! ¿Algún día lograré anticiparme a tus deseos, seré capaz de ponerme en tu piel, pensar como piensas tú? Es un reto, porque somos como el día y la noche. Para mí eres tan insondable como un océano, tan exótica como una selva tropical inexplorada, tan atractiva como una cumbre nevada que no ha conquistado nadie. Tú debes pensar que yo también soy de otro planeta, porque me sueles decir que no me entiendes. En realidad los hombres somos muchos más sencillos; somos sota, caballo y rey. Lo que te cuesta es creer que sea tan "primitivo", que no sienta necesidad de expresar sentimientos a todas horas, de comunicarte "cosas íntimas". Es la misma historia que en todos los matrimonios, desde que el hombre es hombre. A medida que salgamos de nuestra comodidad y nos esforcemos por entender al otro y adaptarnos a sus necesidades, aunque sean muy distintas de las nuestras, nuestro matrimonio será fuente de felicidad.


En cuanto a las diferencias accidentales, ¡cuántas veces he deseado que fueras así o asao! Dios sabe las veces que, en plena desesperación, le he preguntado: "¿por qué mi mujer es tan complicada?" Seguramente nuestras diferencias han servido para cultivar en nosotros las virtudes cristianas. Si lo tuviéramos todo fácil en el matrimonio, si pensáramos igual en todo, a lo mejor no hubiéramos tenido que desarrollar tanto la paciencia, la comprensión, la prudencia. Durante nuestro matrimonio nos hemos peleado mucho, sí. Dicen que no te puedes pelear solo; siempre hay algo de culpa en los dos, y no necesariamente será 50% culpa de uno, 50% del otro. Sospecho que la balanza se inclina bastante por mi lado (eres más buena que yo), pero en el fondo eso no importa. Lo que importa es que tras cada discusión nos arrepintamos de lo que hemos hecho mal (por mucha razón que tengamos, siempre hay una buena dosis de soberbia de la que arrepentirse), y nos pidamos perdón mutuamente. Yo reconozco que tengo un genio de mil demonios, y cuando pierdo la paciencia soy capaz de decir y hacer cosas horribles. Gracias por perdonarme mis arrebatos de ira, por aguantarme tantos años. Soy terriblemente egoista, pero con cada reconciliación, con cada abrazo de paz, volvemos a empezar, y la gracia de Dios nos da la fuerza para seguir amándonos.

Ya sabes que desde hace bastante tiempo he optado por no airear nuestras desavenencias sobre la Misa, el Papa, la Tradición, etc. Sabes como pienso, y no merece la pena discutir por esas cosas. Hay que cuidar mucho el matrimonio, y tenemos tres hjos a los que educar. No obstante, rezo todos los días para que alguna vez te conviertas a la Tradición Católica. Si Dios quiere, antes de que me muera apreciarás porqué amo tanto la Misa de siempre, porqué estuve dispuesto, por ejemplo, a conducir 120 kilómetros el otro día para asistir a una Misa en una capilla perdida en el campo. Mientras tanto, seguiré acompañándote a tu Misa moderna y mordiéndome la lengua cuando sale el tema. Sinceramente creo que Dios me pone a prueba; si realmente quiero seguir la Tradición, Él quiere que me cueste. No me saldrá gratis el camino que he escogido. Acepto el precio que tengo que pagar aquí abajo, porque en comparación con las delicias del Cielo es una nadería.

A menudo dices que soy malo, y tienes razón. Es más, cuando te enfadas dices que soy un demonio. Hombre, ni soy un demonio ni soy un santo (aunque de esto último nunca me has acusado). Es cierto que tengo muchos defectos, pero acuérdate de donde vengo. Yo tengo desventaja en esto de las virtudes, porque crecí en un ambiente ateo, algo que hasta hace poco no existía en España. (Ya me contarás dentro de un par de generaciones...) Sueles compararme con tus hermanos, diciendo que son mejores que yo, aunque ninguno de ellos quiera saber nada de la Iglesia. Sin embargo, a su pesar tienen mucho que agradecer a la Iglesia. Fueron bautizados, estudiaron en colegios de monjas, recibieron catequesis, hicieron su Primera Comunión, y crecieron en una sociedad con mucha influencia católica. Aunque ellos no lo sepan, todo eso formó de alguna manera su carácter. Luego, debido a la contradicción que vieron entre lo que les enseñaban en clase de religión por una parte y lo que mamaban en casa por otra, unido al ambiente libertino que predominaba en su juventud, se alejaron de la Iglesia y ahora son ateos practicantes. Pero, a pesar de vivir en pecado, tienen algunas virtudes naturales propias de los católicos. Yo las he tenido que adquirir de mayor, y aún estoy en el empeño.
 
Te pido que tengas paciencia conmigo, que perdones todos mis defectos (son muchos), y que no pierdas la esperanza. Dios todavía hace milagros. Mayor milagro que seguir casados después de 18 años no conozco; con todas las dificultades que hemos tenido, y todos los pecados que hemos arrastrado. Una y otra vez hemos salido a flote. Si no fuera por Él, desde luego nos habríamos separado hace un montón de años. ¿Cómo íbamos a aguantarnos sin ayuda divina, especialmente tú a mí? Dices que damos mal ejemplo a los que no tienen fe, y en cierto sentido tienes razón. Deberíamos ser más santos. Pero a menudo los árboles no te dejan ver el bosque. El mismo hecho de que seguimos unidos, luchando por amarnos y educar a nuestros hijos, ya es un ejemplo al mundo. Sé que eres perfeccionista, pero ni en mil años llegaré a ser perfecto, así que tienes que trabajar con lo que hay. A pesar de nuestros pecados y desacuerdos, tenemos que aspirar a que en nuestra casa haya armonía, porque San Juan Crisóstomo dice:
Cuando prevalece la armonía, los hijos salen bien criados, el hogar se mantiene ordenado, y los vecinos, los amigos y los parientes elogian el resultado.
El mismo santo nos da la receta para conseguir esa armonía familiar:
Si alguien vive como yo digo [oración y lectura de las Escrituras en familia] y hace que su casa sea una pequeña iglesia, su perfección rivalizará con la de los monjes más santos.
Tenemos que dar gracias a Dios por los años que tienes y por los que hemos pasado juntos. Disfrutemos de cada día que nos regala. Amor mío, te quiero y siempre te querré.

¡FELIZ CUMPLEAÑOS!

martes, 21 de julio de 2015

La España de antes y la de hoy

Yo no soy de familia católica. No tuve la gracia de ser educado en un ambiente de piedad, de aprender desde pequeño las oraciones cristianas básicas y los Diez Mandamientos. No conocí la Religión Verdadera hasta los 21 años, y al principio fue una versión descafeinada, lo típico del desastre postconciliar. No hasta los 33 años (la edad de Cristo) conocí la Tradición Católica. No hasta ese momento empecé a conocer y amar realmente a Dios y la gracia santificante comenzó a operar en mi alma. Aunque esto no disculpe todos mis pecados, al menos es un atenuante. Las personas que han tenido el privilegio de conocer a Dios desde que tenían uso de razón, sin duda serán juzgados con mayor severidad que las que no.

Al ser católico converso y extranjero en España, me parece chocante que las personas de mediana edad de herencia católica (la práctica totalidad de los españoles) sean tan ignorantes respecto a las costumbres de la generación de sus abuelos o incluso de sus padres. No estoy hablando de un tiempo remoto siglos atrás, de cuando los romanos gobernaban Hispania, ni de las dinastías de los reyes godos, sino de cómo vivían los católicos hace una o dos generaciones. En términos históricos me refiero a un tiempo muy cercano, casi anteayer. Sin embargo, con tristeza constato que el recuerdo de aquellos tiempos, cuando España era Una, Grande y Libre, pero por encima de todo era católica, se va borrando inexorablemente. ¿Ya no se acuerda nadie de lo que era ser católico?

Me gusta escuchar a la gente mayor, los que vivieron aquellos tiempos, como la abuela de mi mujer, Dolores (la Mama Lola para su allegados), que murió con 96 años (Dios la tenga en Su gloria). Era una buena mujer, como las de antes, una de las mejores personas que he conocido. Tenía la cabeza lúcida hasta el final, con sus recuerdos intactos. Ella, igual que otros, destacaba ciertas mejoras que ha traído el "progreso", pero decía que entonces se vivía más tranquilo. Las madres dejaban que sus niños jugaran felices en las calles, al salir de casa no se solía cerrar con llave, y las familias estaban más unidas. ¡Qué tiempos, en comparación con la paranoia que reina hoy en día! Los mayores dicen que antaño había orden; la gente sabía lo que tenía que hacer, cuál era su sitio, y la sociedad era por tanto menos conflictiva. Por ejemplo, en las familias el padre era la autoridad indiscutible, quien traía el dinero al hogar; la mujer la que cuidaba de los hijos y llevaba la casa. Como regla general, los alumnos hacían caso al maestro, los fieles respetaban al cura, y todos obedecían a las autoridades. Vamos, como Dios manda. Era rarísimo que una mujer se largara con otro, que un hijo desobedeciera a su padre, o que una familia se rompiera. Al ser rarísimo la gente se escandalizaba de estas cosas, con mucha razón. Ahora que están a la orden del día, hemos perdido hasta la capacidad de escandalizarnos. Y eso de "salirse del armario", que últimamente se ha puesto tan de moda, en aquellos tiempos simplemente no ocurría.

En la política el Generalísimo Franco mandaba sin oposición. Naturalmente había corrupción (donde está el hombre hay pecado), pero el Jefe de Estado, al no tener que presentarse a elecciones periódicas, se preocupaba más por el bien común que por mantenerse en el poder. Hoy en día percibo que la preocupación exclusiva de los politicuchos que nos mal-gobiernan es mantenerse en su poltrona. Mienten y engañan lo que haga falta para lograrlo. La podredumbre de la clase gobernante es mucho peor cuando la corrupción empieza desde la cabeza, y hoy sospecho que cuanto más arriba se llegue, más corrupto. Antes no era así. El Caudillo era un hombre de principios que amaba su país, y lo había demostrado muchas veces en su juventud, arriesgando su vida por España en el campo de batalla. Sus enemigos podrán decir que fue un inepto para la política o que gobernó mal, pero nadie podrá decir que fue un hipócrita ni un cobarde. Durante sus 40 años de Jefe de Estado, iba de frente, al igual que en la guerra. Decía lo que tenía que decir, y hacía lo que tenía que hacer. A quien no le gustaba, se aguantaba. Sin subterfugios ni engaños.

 
La vida no era un camino de rosas, desde luego. La vida era dura, sobre todo en los años inmediatamente después de la guerra. La Mama Lola nos ha contado historias terribles del hambre que pasaba la gente. No soy historiador, por lo que mis impresiones sólo tienen el limitado valor de lo personal. He hablado con bastantes personas que vivieron en la época de Franco, y he leído por mi cuenta, hasta formar mis conclusiones. Sólo escribo esto porque me asombra que las nuevas generaciones, dentro de las cuales incluyo a todas las personas que nacieron a partir del año 1975, cuando murió el Caudillo, desconocen casi por completo la realidad histórica, social y espiritual que les precedió. Han tragado acríticamete las mentiras que les ha suministrado el Sistema (Televisión Española y periódicos como El País la cabeza). Al creer que la democracia es el mejor invento desde la rueda, y que la sacrosanta Transición rescató a un país sumido en el oscurantismo y la tiranía, son incapaces de apreciar hasta qué punto España está enferma. Se creen la versión oficial, de que "España va bien" porque ahora está en la Unión Europea, la OTAN y el Fondo Monetario Internacional de Usureros. Ahora se tarda unos 25 años en pagar una caja de cerillas que llaman piso, trabajando el hombre y la mujer. En 1975 una hipoteca media era de 10 años, trabajando exclusivamente el marido, y las casas eran el doble de grandes. ¿Esto es progreso?

Y si hablamos de la degeneración moral que ha ocurrido en estos 40 años, es para llorar. Al morir Franco, hubo una auténtica inundación de vicio, traído de Europa, esa Europa por quien babea la casta política, en cuyo honor han dedicado innumerables plazas, calles y monumentos, a la vez que desmantelaban las estatuas no sólo del Caudillo, sino de héroes nacionales como Millán-Astray [1]. En muy poco tiempo España fue inundada por la pornografía, las drogas, los anticonceptivos, el divorcio, el aborto, y luego el homosexualismo. Cosas que ahora le parecen "normales" a un españolito veinteañero, hace no mucho eran consideradas abominaciones. La sodomía, que hace un par de generaciones era un pecado tan vergonzosa que apenas se mencionaban en susurros entre la gente de buena educación, ahora se muestran a plena luz del día, y hasta hay muchos que se jactan de ello. La matanza de los no nacidos, que antes hacía estremecer de horror a cualquiera, ahora se subvenciona por el gobierno y es reclamado como "derecho". La promiscuidad en una mujer, que antaño se veía con el máximo desprecio, y acarreaba serios problemas sociales para una chica joven, ahora casi se da por hecho. Como prueba de ello, ahora el gobierno anuncia que hay que poner la vacuna de la papiloma humana a todas las niñas de 12 años, porque después de esa edad se entiende que son sexualmente activas. Los jóvenes en España se parecen a personas que han vivido toda su vida en un basurero, y ya ni siquiera notan el mal olor. Se han acostumbrado a la porquería, porque es lo único que han conocido toda su vida. ¡Qué triste!

La guinda a este panorama desolador es la apostasía en masa que ha ocurrido en España. Desde el Concilio Vaticano II es un fenómeno común a toda Occidente, pero en el caso de España ocurrió de manera más repentina. En restrospectiva vemos que el régimen franquista, a pesar de estar muy debilitado, fue el último muro que protegía el país del enemigo, porque nada más morir Franco, entró el enemigo arrasando. Todavía hay muchas cofradías de Semana Santa, mucho folcore, muchas iglesias, donde se bautiza a un montón de niños, se casa a un montón de novios. ¿Pero cuántos católicos quedan, que profesan la fe íntegra de sus antepasados? España es un desierto modernista, donde la inmensa mayoría de los que aún se llaman católicos ya no lo son, porque han dejado de creer en lo que la Iglesia siempre enseñaba. Son en realidad una variante de protestantes, con una liturgia banalizada y mundanizada, una fe a la carta, y un modo de vida que en nada se distingue del paganismo. Si tenemos que juzgar por los frutos, como nos dice Nuestro Señor, la democracia ha sido una verdadera catástrofe para España.

No quisiera terminar con una nota tan negativa, por lo que me permito hacer la pregunta: ¿cuál es la solución a esta situación? Creo que lo más urgente es despertar a los jóvenes, porque ellos son los que labrarán el futuro del país. Igual que en la película Matrix [2], hay que ofrecerles la píldora roja. Si prefieren tomarse la azul y volver a su vida mediocre de pecado, allá ellos, pero hay algunos que quieren conocer la verdad. Quiero ayudar a los pobres jóvenes que nunca han oído hablar de la Misa Tradicional, que no saben que está mal acostarse con la novia (seguramente porque nadie se lo ha dicho claramente), que buscan un sentido profundo a su vida y no lo encuentran en la bazofia que les rodea. Lo primero es hacerles reflexionar. Si logramos que se replanteen ciertas ideas que les ha metido en la cabeza el Sistema, aún hay esperanza. He visto con mis propios ojos cómo un joven se va despertando a la Verdad, y cómo agradece que te hayas tomado la molestia de explicarle cosas que nadie había hecho. También recuerdo que es justo lo que me pasó a mí, hace no tanto tiempo. Hay que intentarlo. Hay que salvar a todos los que podamos.


NOTAS

[1] José Millán-Astray Terreros (1879-1954), militar español, fundador de la Legión Española, uno de los soldados más condecorados en la historia de España. En las guerras de África perdió un ojo y un brazo y fue herido en combate tantas veces que llegó a recibir la extremaunción nada menos que cinco veces. Entre sus hazañas figura la defensa del pueblo San Rafael en la guerra de Filipinas, contra una fuerza de dos mil rebeldes, al mando de tan sólo 30 hombres. Y esto, ¡a la edad de 16 años!


En agosto de 1921 el valor heroico de la Legión logró in extremis que Melilla no cayera en manos del enemigo marroquí, evitando así un auténtico baño de sangre de civiles atrapados en la ciudad. Antes de entrar en acción, así arengó Millán-Astray a sus hombres, de los cuales la mayoría quedaron malheridos o perdieron la vida:
¡Legionarios!: de Melilla nos llaman en su socorro. Ha llegado la hora de los legionarios. La situación allá es grave, quizás en esta empresa tengamos todos que morir. ¡Legionarios!: si hay alguno que no quiera venir con nosotros que salga de filas, que se marche, queda licenciado ahora mismo… ¡legionarios!: Ahora jurad: ¿Juráis todos morir si es preciso en socorro de Melilla? ¡Sí, juramos! ¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva La Legión!
Por sus méritos militares, por arriesgar tantas veces la vida en defensa de la Patria, España le pagó de la siguiente manera: en aplicación de la Ley de [des]Memoria Histórica, en 2010 el ayuntamiento de La Coruña desmanteló la estatua de Millán-Astray en la plaza que lleva su nombre. Es la hora de traidores.

[2] En esta película de ciencia ficción del año 1999, la humanidad se encuentra esclavizada por la máquinas. Éstas se abastecen de la bio-energía que producen los seres humanos, que viven atrapados en cápsulas y conectados por cables. Las máquinas han creado con un programa informática una realidad virtual que llaman el Matrix, donde los seres humanos "viven", sin saber que nada de eso es real. La resistencia humana libera a unos pocos elegidos del Matrix, para luchar contra la tiranía de las máquinas. El que quiera despertar de Matrix y entrar en el mundo real tiene que tomarse la píldora roja. Si escoge la azul, se olvidará de todo y continuará su vida imaginaria en el Matrix.

Es un metáfora excelente para la irrealidad que vivimos hoy en día. Las campañas de desinformación y distracción orquestadas por el Sistema tienen el objetivo de mantener cautivas las masas de seres humanos borreguiles, para que la élite tenga vía libre en todos sus proyectos malvados.

martes, 23 de junio de 2015

Para algunos no hay misericordia

La peregrinación a Roma organizada en febrero de este año 2015 por las hermanas Dominicas de Fanjeux, una orden de religiosas vinculada a la Hermandad Sacerdotal San Pío X, se topó con una mezquindad fuera de lo común en el aparato diplomático del Vaticano. Resumo los hechos pertinentes a partir de un escrito del P. Simoulin, capellán de las Dominicas de Fanjeux.


La peregrinación fue esmeradamente preparada con dos años de anterioridad. Se enviaron cartas a todas las autoridades relevantes, solicitando permiso para decir Misa en las grandes basílicas romanas (permiso que se suele conceder de oficio a todo tipo de grupos), y todo parecía estar en orden, cuando en noviembre de 2014 recibieron una carta del Cardenal Comastri retirando su permiso para decir Misa en las basílicas papales a los sacerdotes de la HSSPX. El argumento esgrimido era que carecían de "plena comunión", algo que, dicho sea de paso, no parece ser un obstáculo cuando las autoridades vaticanas se juntan con cismáticos de oriente, luteranos o quienquiera se preste a sus actividades ecuménicas. Lo máximo que el Vaticano pudo hacer para las hermanas fue ofrecerles sacerdotes "en plena comunión" para ofrecer las Misas que deseaban.

Las hermanas escribieron una carta al Santo Padre, suplicándole con expresiones de devoción filial una solución a este problema, para que los mismos sacerdotes que instruían y administraban los sacramentosa a las niñas de la peregrinación pudieran oficiar las Misas en Roma. El Papa no se dignó ni en responder a esta carta. ¡Estaría muy ocupado respondiendo a cartas de transexuales, sodomitas o adúlteros! Por desgracia, queda cada vez más claro que la "misericordia" de Francisco es solamente para los que odian la Verdadera Iglesia Católica; para los fieles católicos que aman la Tradición (que él tiene el deber sagrado de proteger), ni agua.

Pero allí no acabó la cosa. El mismo secretario de no sé qué oficina vaticana, que estaba demasiado ocupado para reunirse con la Madre Superiora de las Dominicas cuando viajó a Roma, encontró el tiempo para escribir un fax a Monseñor Fellay, Superior General de la HSSPX, que no tiene absolutamente nada que ver con la organización de la peregrinación a Roma, pidiéndole explicaciones sobre la misma.

Ante semejante desprecio las hermanas decidieron alquilar un local apropiado en Roma para la celebración de sus Misas. Hay que recalcar que ninguna iglesia de Roma (no sólo las cuatro grandes basílicas) se podía prestar a la peregrinación de las Dominicas de Fanjeux, si quien oficiaba era sacerdote de la HSSPX. Según el secretario de la Comisión Pontificia Ecclesia Dei, el permiso que se había concedido a la HSSPX de decir Misa, por ejemplo, en el santuario de Lourdes era excepcional, y no se podía aplicar al caso de las basílicas papales. El P. Simoulin duda seriamente que en Roma no sea "excepcional" una peregrinación de 200 religiosas y unas 1000 niñas con sus padres y amigos, todos perfectamente ordenados, limpios y educados.

Continua diciendo que en el Vaticano la política ha sustituido a la caridad. La aplicación estricta del derecho canónico, que a nadie le importa ya y que el mismo Papa se pasa por el forro a diario, es la única respuesta que pueden dar a la HSSPX. Lavar los pies a una musulmana el Jueves Santo: ¡ningún problema! Llamar a una divorciada que se ha vuelto a casar y decirle que puede comulgar sacrílegamente: ¡ningún problema! Conceder las más altas condecoraciones de la Iglesia a masones y judíos: ¡ningún problema! Todo eso es "misericordia", el nuevo concepto de misericordia de Bergoglio. Esta nueva "misericordia" nada tiene que ver con la auténtica, porque en vez de sostener la fe, la socava; en vez de apoyarse en la Tradición de la Iglesia, es absolutamente contraria a ella. Pero resulta rentable, porque recibe el aplauso del mundo (y de los católicos papólatras).

Con estos sí que tiene tiempo de charlar
Ahora a esta lista escandalosa hay que añadir la invitación a un encuentro que hizo Francisco al activista homosexualista, Simón Cazal, líder del grupo paraguayo SOMOSGAY, durante su visita a América del Sur en julio de este año. Denuncio, igual que hizo Antonio Socci en su momento, que Francisco no quiso reunirse con el marido y los hijos de Asia Bibi, la mujer católica pakistaní, encarcelada por su fe. No ha hecho ninguna invitación pública al marido de Asia Bibi; su familia no ha recibido llamadas telefónicas de Su Santidad. Su "apoyo" a la causa de esta mártir del siglo XXI, tras el viaje de su familia y toda la campaña de firmas por parte de organizaciones católicas, se limitó a un frío saludo en uno de sus paseos triunfales por la Plaza de San Pedro.

Digo esto para que mis lectores no piensen que me enfado por la situación de injusticia que sufre la HSSPX por razones partidistas. Lo que ocurrió con las hermanas de Fanjeux es sintomático de todo lo que ocurre en Roma, ahora que tenemos a un Papa que se lleva mejor con políticos abortistas y neo-marxistas, con rabinos, sodomitas y ateos, que con católicos que sufren por su fidelidad a Nuestro Señor Jesucristo. Vergüenza, Vergüenza, Vergüenza.

Para no terminar en una nota negativa, ofrezco para la edificación de mis lectores un breve vídeo de la peregrinación que, a pesar de la mala dispocición de la autoridades vaticanas, se llevó a cabo con gran alegría.


¡Gracias a Dios por estas hermanas y la labor que hacen con tantas niñas!

sábado, 13 de junio de 2015

¿Qué edad tiene la Tierra? (y IV)

En esta cuarta y última parte de mi trabajo sobre la edad de la Tierra ofrezco una lista de doce indicadores científicos que apuntan a una Tierra joven. Ninguno de ellos demuestra con total certeza que la Tierra tiene menos de 10,000 años, porque los evolucionistas han encontrado "explicaciones" para las cosas más inverosímiles. Sin embargo, si juntamos todos estos indicadores, tendremos un cuerpo importante de evidencia a favor de una Tierra relativamente joven, al menos en relación a los 4,500 millones de años que barajan los evolucionistas. Si hablamos de ciencia, una persona racional tendría que decantarse por el modelo que parece más plausible, según la evidencia empírica. Es mi convicción, y de ello espero convencer al lector, que el modelo de una Tierra joven es muchísimo más plausible que una Tierra de miles de millones de años.

He procurado ordenar los indicadores desde lo más lejano hasta lo más cercano. Por eso empiezo con el sol y acabo con la civilización humana. La lista no es exhaustiva.  Por ejemplo, no he querido hablar del Big Bang ni meterme a considerar cuestiones astronómicas, principalmente porque no me siento capaz. Sin entrar en esa materia, es evidente que si todo el universo se hizo en los seis días de la Creación, las teorías actuales sobre el Big Bang y la posterior evolución de las galaxias y las estrellas son completamente falsas.

Pinus longaeva
Además de las pruebas que presento, existe evidencia negativa. Por ejemplo, el árbol más antiguo sobre el planeta es un pinus longaeva en California que tiene menos de 5,000 años de edad. Es decir, empezaría a brotar justo después del Diluvio, hace unos 4,500 años. Se ha calculado que el desierto del Sáhara, por su ritmo de crecimiento anual, debe tener unos 4,400 años. ¿Por qué no es más antiguo? Se ha calculado que el mayor arrecife de corral en el mundo, la Gran Barrera de Corral en Australia, que está en continuo crecimiento, tiene unos 4,400 años. ¿Por qué no es más antiguo? Tampoco hay restos arqueológicos de ciudades más antiguas que unos 3,000 años antes de Cristo. Si el hombre inteligente ha existido sobre la Tierra anterior a ese tiempo, sus huellas han sido totalmente borradas. Esta evidencia negativa no demuestra nada en sí, pero es un problema para los evolucionistas que insisten en que la Tierra es antiquísima y que el homo sapiens ha vivido en ella desde hace un millón de años.

Todas estas pruebas dan por hecho el principio uniformitarista que, como he explicado en la segunda parte de este trabajo, rige el pensamiento evolucionista. Si hay que guiarse por la premisa de que "el presente es la clave del pasado", los fenómenos que a continuación describo no permiten una Tierra de miles de millones de años. Si los evolucionistas objetan que este principio uniformitarista no se tiene que aplicar necesariamente a todo lo que hoy observamos, estaría de acuerdo. Pero si eso es verdad, ¿por qué cuando les conviene, la premisa uniformitarista se convierte en una ley inviolable? O todos moros, o todos cristianos. Si el principio uniformitarista ya no vale, habría que reescribir toda la ciencia moderna de la geología, y reexaminar seriamente sus conclusiones sobre la edad de la Tierra. Y si sigue siendo válido el principio uniformitarista, los fenómenos que voy a exponer suponen un gran problema para una Tierra de miles de millones de años.

LA TIERRA NO PUEDE TENER MILES DE MILLONES DE AÑOS

PORQUE...

 

1. El sol se está calentando

El sol produce energía mediante la conversión termonuclear del hidrógeno en helio. Suponiendo que el sol tiene una edad de 5,000 millones de años, con el tiempo este proceso le causaría cambios, uno de los cuales sería un aumento de la luminosidad. Si, según los evolucionistas, la vida en la Tierra se originó hace unos 3,800 millones de años, sería con un sol un 25% menos luminoso que ahora. Es difícil de imaginar cómo con un sol tan frío, podría surgir la vida en la Tierra. Los paleoclimatólogos generalmente creen que la Tierra ha gozado de un clima benigno y bastante estable durante los últimos 3,800 millones de años, pero esto no concuerda con los cambios que necesariamente habría sufrido el sol durante ese tiempo. Si el sol tuviera una luminosidad un 25% menor que ahora, la temperatura media de la Tierra, que ahora está en 15 grados centígrados, sería de unos 3 grados bajo cero. Difícilmente la vida se hubiera desarrollado si la Tierra fuera una gran bola de hielo.

2. La luna se aleja de la Tierra

Se sabe que actualmente la luna se aleja de la Tierra en unos 4 centímetros anualmente, debido a las fuerzas centrifugales de las mareas. En comparación con los 384,000 kilómetros que ahora separan la Tierra de la luna, puede parecer muy poco, pero si esto se multiplica por los millones de años que nos dicen los evolucionistas que lleva allí, tenemos un serio problema. Además, si antes la luna estaba más cerca, la velocidad de recesión necesariamente era más grande, porque el efecto gravitacional de un objeto aumenta en una proporción inversa al cuadrado de la distancia. Con la desaceleración de la recesión de la luna, se puede calcular que hace 1,200 millones de años estaría tocando la Tierra. Evidentemente la Tierra y la luna no se pueden acercar tanto, porque la luna no aguantaría el efecto gravitacional y se rompería. Hay lo que se denomina el límite Roche, que para la luna sería unos 18,000 kilómetros. En todo caso, según los cálculos físicos, la luna no puede tener más de unos 1,183 millones de años. Faltan unos 3,400 millones de años para los evolucionistas.

Esto es sin tener en cuenta el efecto de gravedad de la luna sobre la Tierra. Con una luna a la distancia del límite Roche, 20 veces más cerca que ahora, las mareas serían 400 veces más fuertes. Serían realmente catastróficas, capaces de anegar toda la superficie terrestre dos veces al día, lo que haría imposible el desarrollo la vida en la Tierra.

 

3. El campo magnético de la Tierra se debilita

La fuerza del campo magnético de la Tierra se midió por primera vez en 1829. Desde entonces, se ha debilitado un 7%. Aplicando la lógica uniformitarista, hace miles de millones de años la Tierra hubiera tenido un campo magnético de una fuerza descomunal, incompatible con las leyes de la física. El primero en publicar esto fue un físico creacionista, Thomas Barnes, en 1971. [1] Barnes habló de un "debilitamiento libre" del campo magnético, debido a la resistencia eléctrica del núcleo terrestre. El arqueomagnetismo, una disciplina nueva que estudia el magnetismo de artefactos arqueológicos, como ladrillos y alfarería, ha determinado que el campo magnético de la Tierra era un 40% más fuerte en el año 1000 d. de C. y que ha bajado a un ritmo constante desde entonces. En los años ´70 los creacionista hicieron un cálculo basado en la extrapolación de esos datos, y concluyeron que si la caída había sido constante, el campo magnético no podía tener mas de 10,000 años.

Sin embargo, la cosa no era tan sencilla, porque mediante el análisis de ciertas rocas ígneas se demostró que el campo magnético se había invertido varias veces en el pasado. Al enfriarse y solidificar, los óxidos de hierro contenidos en dichas rocas se alinean según el campo magnético en ese momento. Se ha descubierto que durante el tercer milenio antes de Cristo la fuerza del campo magnético fluctuó enormemente, hasta estabilizarse alrededor de los tiempos de Nuestro Señor, tal y como enseña el gráfico.


Una teoría, propuesta por Russell Humphreys en 1986 [2], dice que las fluctuaciones tan notables que se ven en el gráfico fueron causadas por el Diluvio. En el año del Diluvio el campo magnético se invertiría muchas veces, casi una vez cada semana, y luego seguiría inestable durante varios siglos posteriores, pero esto no alteraría la tendencia general al debilitamiento, como se ve en este gráfico.




Humphreys hizo una predicción: si su teoría era cierta, las inversiones magnéticas tendrían que observarse en capas de rocas que tardaron sólo unos días en enfriarse y solidificar. Habría que observar, por ejemplo, como en una capa fina de lava, la parte superior se solidificó cuando la Tierra tenía el campo magnético en una dirección, y como la parte justo abajo se solidificó poco después, cuando ya se había invertido. Esta predicción se cumplió tres años más tarde, cuando Coe y Prévot encontraron una fina capa de roca ígnea, que tuvo que enfriarse en un espacio de 15 días, con sucesivas inversiones magnéticas de 90 grados. Dicho descubrimiento fue publicado en la revista Nature en 1995. [3]

Hasta la fecha los evolucionistas siguen diciendo que la caída en la fuerza del campo magnético de la Tierra que observamos hoy es un fenómeno que se repite cíclicamente. Pero son incapaces de explicar cómo el campo magnético de la Tierra puede invertirse cada x millones de años, a la vez que mantiene tanto tiempo su fuerza.

4. Se encuentra carbono-14 en los diamantes

El carbono 14 es un elemento muy inestable que con el tiempo se convierte en nitrógeno. Igual que expliqué en la tercera parte de este trabajo, dedicada a los métodos de datación radiométrica, sabiendo que tiene una semivida de unos 5730 años, en teoría se puede calcular la antigüedad de una muestra de materia orgánica por el carbono 14 que aún contiene. El problema para los evolucionistas es que cada fosil que se ha analizado contiene cantidades perceptibles de cabono 14, lo cual debería ser imposible si tienen más de 57,300 años (el equivalente de 10 semividas).

No sólo se ha encontrado carbono 14 en fósiles que supuestamente tienen millones de años, sino también en carbón, petróleo y hasta diamantes. Esto no es un secreto creacionista, ya que ha sido ampliamente publicado en revistas evolucionistas, en que las anomalías se achacan siempre a contaminaciones. Sin embargo, aunque teóricamente alguna materia orgánica más reciente podría contaminar una muestra de carbón o de petróleo, es imposible que esto ocurra con el diamante. El diamante es la sustancia más resistente en la Tierra, totalmente impermeable a cualquier contaminación exterior de carbono 14. Científicos evolucionistas han confirmado que la edad de los diamantes, según el método de datación del carbono 14, es de unos 55,000 años. [4] ¡Menudo contraste con los 100 millones de años que dicen los manuales de geología!

5. El petróleo subterráneo aún tiene presión

El petróleo que se encuentra a varios kilómetros de profundidad, si realmente se formó hace millones de años, no debería tener la inmensa presión que tiene actualmente, porque hubiera perforado las rocas que lo rodean y se hubiera filtrado hace mucho tiempo.

6. Los mares no contienen suficiente sedimento

Se ha calculado que cada año unos 20,000 millones de toneladas de sedimentos son depositadas en el fondo de los océanos del planeta. [5] La mayor parte de estos sedimentos se acumula cerca de los continentes. Debido al movimiento de la placas tectónicas se pueden perder hasta 1,000 millones de toneladas anualmente, pero la ganancia neta es de 19,000 millones de toneladas. A este ritmo, si los océanos tienen más de 3,000 millones de años, como nos suelen contar, habría una capa de varios kilómetros de profundidad en los suelos oceánicos. Sin embargo, la capa no llega a más de 400 metros como media [6], una cantidad de sedimentos que se alcanzaría en 12 millones de años al ritmo actual. Si tenemos en cuenta que un Diluvio Universal depositaría una cantidad ingente de sedimentos en muy poco tiempo, este dato es perfectamente compatible con una Tierra joven, de unos 6,000 años de edad. Con una Tierra de 4,500 millones de años, no.



7. Los mares no contienen suficiente sal

Actualmente un 1% del peso de toda el agua marina del mundo es sal. Esta sal llega a los océanos por los ríos que erosionan las rocas a su paso, por el fondo marino y por la actividad volcánica. Los océanos también pierden sales mediante la evaporación y el viento, pero esta pérdida equivale a sólo el 27% de la sal que ganan anualmente, de modo que su índice de salinidad aumenta constantemente. Si partimos de la premisa uniformitarista que el pasado se puede explicar a la luz de lo que observamos hoy, esto quiere decir que podemos ponerle una fecha tope a la edad de los océanos. Esto es precisamente lo que hizo Edmund Halley, conocido por el cometa que lleva su nombre, en 1715.

Todos los cálculos que se han hecho siguiendo este método dan una fecha muy por debajo de los 4,500 millones de años que ahora se barajan. En 1990 Austin y Humphreys [7] dieron como fecha tope 62 millones de años. Es decir, los océanos podrían ser mucho más recientes que esa edad, pero no más antiguos. Teniendo en cuenta la enorme cantidad de sodio que se añadiría a los oceános durante un Diluvio Universal, este estudio concluye que la cantidad actual de sal en los océanos y su ritmo de salinización se ajustan a la fecha bíblica de 6000 años para la edad de la Tierra.


8. Hay tejidos blandos en huesos de dinosaurios

Tejidos blandos en un hueso de tiranosaurio, que supuestamente tiene 70.000.000 de años

Según todas las leyes observables de la química, los tejidos orgánicos deben descomponerse en menos de 10,000 años, en el mejor de los casos. Huesos de dinosaurios, que supuestamente tienen más de 70 millones de años no pueden tener tejidos blandos por dentro, menos aún células sanguíneas que preservan su elasticidad. Y sin embargo, es así. Ver este artículo mío sobre el tema.

 

9. Los amino-ácidos de "millones de años" no tienen racemización

Los amino-ácidos, los componentes básicos para todo tipo de vida, existen naturalmente en dos formas, una la imagen en espejo de la otra. Esta doble orientación, que se llama quiralidad, tiene una peculiaridad: los amino-ácidos que forman las proteínas de los seres vivos son todos "zurdos". Al morirse un organismo, los amino-ácidos que lo componen empiezan a volver a la proporción 50% zurdos, 50% diestros, propia de la materia inorgánica. Por cierto, este hecho es otra razón que contradice la superstición de la abiogénesis, la aparición de la vida de la no-vida. Los experimentos para "demostrar" que el origen de la vida fue fruto de una combinación aleatoria de químicos dentro de un caldo primordial, consiguen siempre una mezcla 50/50 de amino-ácidos zurdos y diestros. Es decir, una mezcla inviable para la vida.

El proceso por el que los amino-ácidos zurdos en un ser vivo, tras la muerte vuelven a una proporción 50/50, se llama racemización, y se puede utilizar como método de datación. Sabiendo el ritmo de racemización, que varía con la temperatura, y analizando la quiralidad en un momento dado, se puede calcular el tiempo que lleva muerto un organismo. Los científicos evolucionistas fijan un límite absoluto de unos 20 millones de años para la racemización, y lo normal es que mucho antes de ese tiempo se habrá alcanzado. [8]

Hasta aquí todo bien, pero las anomalías abundan. Por ejemplo, una capa de sílex, un tipo de cuarzo, encontrado en Suráfrica, llamado el Fig Tree Chert, que supuestamente tiene 3,000 millones de años, contiene solamente amino-ácidos zurdos. Los esquistos bituminosos, rocas metamórficas empapadas en petróleo, en Green River, Wyoming, EEUU, que se fechan en 60 millones de años, no han alcanzado la racemización. Larry Helmick ha encontrado varios sedimentos del precámbrico y del mioceno (según los evolucionistas, con una edad de 1,200 millones y 30 millones de años respectivamente) que solamente contienen amino-ácidos zurdos. [9]

10. La especie humana no podría durar tanto

El geneticista John Sanford ha inventado el término entropía genética para referirse a la degeneración genética que sufrimos no sólo los seres humanos sino todos los seres vivos. Al replicarse las moléculas de ADN ocurren fallos (o mutaciones), que con el paso de las generaciones se van acumulando. En su libro Genetic Entropy [10] explica que este proceso degenerativo demuestra que el ser humano, lejos de mejorar por una supuesta evolución, va cuesta abajo hacía la extinción. Hay un límite al tiempo que puede durar esta degeneración. Está claro que al ser humano le queda poco; Sanford habla de siglos, no millones de años. Igualmente, se puede extrapolar hacía atrás y entender que el origen del ADN humano no fue hace tanto.

Somos como una fotocopia de una fotocopia de una fotocopia, etc. Con cada generación perdemos algo de la perfección biológica que tenían nuestros primeros padres, Adán y Eva. Si el hombre existiera desde hace un millón años, según Sanford, hoy estaría completamente discapacitado en todas sus funciones vitales. La carga genética, tras tantas mutaciones dañinas, haría imposible la superviviencia.

11. El hombre convivió con los dinosaurios

Nos educan desde pequeños a creer que los dinosaurios se extinguieron hace muchísimos millones de años, y que por tanto nunca convivieron con el hombre. Sin embargo, si creemos que Dios hizo todas las criaturas en los primeros seis días de la Creación, como han creído los católicos desde siempre, es inevitable que el hombre y los dinosaurios coexistieron, aunque luego éstos se extinguieran. ¿Hay alguna prueba de que esto es así? Hay una montaña de pruebas, pero son sistemáticamente ignoradas por los que defienden el paradigma evolucionista. Lo que hay que tener en cuenta es que la palabra "dinosaurio", que significa lagarto temible, fue inventada en 1842 por el biólogo inglés, Sir Richard Owen. En el siglo XIX, con el nacimiento de la paleontología, los naturalistas victorianos empezaron a descubrir fósiles de animales gigantes y hubo que ponerles nombre. Cuando los llamaron dinosaurios no sabían que en realidad ya tenían muchos nombres, de tiempos remotos cuando aún vivían entre los hombres; el más conocido sin duda era dragón.

Hay varias fuentes de evidencia a favor de la conviviencia entre dinosaurios y hombres: la documental, la arqueológica y la antropológica. Empecemos por la documental.
  • Creo que la Biblia habla en varios sitios de dinosaurios. Por ejemplo, el "behemot" que se describe en Job 41: Ahí está el behemot: yo lo creé, lo mismo que a ti. Come hierba, como el buey. Su fuerza está en sus lomos; su vigor, en los músculos de su vientre. Mueve su cola semejante al cedro, y los nervios de sus muslos están entretejidos.
  • Herodoto, en el siglo V antes de Cristo, describe una especie de serpiente voladora, "con alas sin plumas, como un murciélago."
  • Al regresar de sus conquistas en la India, Alejandro Magno habló de una serpiente gigante que vivía allí en una cueva y era adorada por la gente como si fuera un dios. Uno de sus generales afirmó que el rey indio, Abisarus, poseía dragones de hasta 70 metros de largo.
  • Plinio el Anciano (23 a.C.-79d.C.), uno de los primeros naturalistas de la Historia, escribió sobre dragones en el libro VIII de su Naturalis Historia. El contexto no es mitológico, sino una descripción de animales que existían en su época. Tras describir serpientes y cocodrilos, habla de dragones en la India que luchan con elefantes, y que son capaces de chuparles toda su sangre. Menciona dragones en Etiopía que alcanzan 10 metros de largo, otros que pueden tragar un toro de un bocado, y hace referencia a un general romano, Attilius Regulaus, que durante la guerra con Cartagena atacó un monstruo de 40 metros de largo.
  • San Juan Damasceno, Padre de la Iglesia, escribe en el siglo VIII sobre los dragones. Insiste en que sólo son animales, y critica las creencias supersticiosas que atribuyen poderes mágicos a estas criaturas. Escribe: los dragones son serpientes [reptiles], nacidas de otras serpientes. Cuando acaban de nacer y son jóvenes, son pequeños; pero al madurar y crecer, llegan a ser tan grandes que exceden a todas las demás serpientes en longitud y  tamaño. Se cuenta que  crecen hasta alcanzar 30 cúbitos [15 metros].
  • En su obra, Los Viajes de Marco Polo, publicada en el año 1300, el famoso explorador veneciano describe unas "enormes serpientes" que vivían en una región llamad Karazán. Escribe que tenían unos 10 metros de largo, ojos gigantes, patas delanteras pequeñas con tres garras, dientes afiladísimos, y que comían a los hombres enteros. También cuenta que en China, en ocasiones especiales el carro imperial era tirado por dos dragones.
  • En 1664 un jesuita alemán, Athanasius Kircher, publicó un libro con el sugerente título, De Draconibus. Según se desprende de su obra, en el siglo XVII ya era muy raro ver dragones, sobre todo en zonas más civilizadas, pero aún se conocían casos. El jesuita abre su tratado de esta manera: Hoy hay gran debate entre los escritores sobre los dragones: ¿existen realmente este tipo de animales en la naturaleza, o se encuentran sólo en fábulas y cuentos? Yo también estuve perplejo durante mucho tiempo, sin decidirme por una opción u otra. Finalmente, tuve que descartar mis dudas; lo cual hice gracias no sólo a pasajes de diversos autores, sino también a testigos oculares fiables.
  • Bill Cooper, en su libro After the Flood, ha recopilado una lista de casos históricos  de dragones o reptiles gigantes avistados en los últimos siglos, 81 tan solo en las Islas Británicas.
Las pruebas arqueológicas a favor de la coexistencia del hombre y los dinosaurios son interesantísimas, y están distribuidas a lo ancho del planeta. Quizás la forma más amena de presentar esto es con imágenes.

La imagen de un stegasaurus en el templo de Ta Prohm, Angkor, en Cambodia, siglo XII.

Un brontosaurus en una cueva de Utah EEUU, dibujado entre 1000 y 1500 d. C. por los indios anasazis.


Un tiranosaurio en una piedra funeraria de los incas, entre 500-1500 d. C. Se han recuperado literalmente cientos de estas piedras, con dibujos de dinosaurios.

 
Varios diplodocus en la tumba del obispo Richard Bell, fallecido en 1496, en la catedral de Carlisle, País de Gales.

 

Hasta el siglo XIX y el nacimiento de la paleontología, a nadie se le ocurría excavar en la tierra en busca de fósiles. Por lo tanto, si los pueblos antiguos de los cinco continentes conocían el aspecto de los dinosaurios, y así lo atestiguan múltiples artefactos, debe ser porque los habían visto con sus propios ojos.

Las pruebas antrolpológicas son las leyendas e historias que existen en prácticamente todas las culturas sobre dragones y monstruos parecidos. Pensemos por un momento; tenemos a un santo mata-dragones. ¿O qué sería lo que mató San Jorge? ¿Una culebra? ¿Un lagarto gigante? Seamos serios. La leyenda de Beowulf podría perfectamente tratar de un dinosaurio especialmente feroz, y tantas historias parecidas. Si son pura mitología, es demasiado casualidad que desde China hasta Mexico hay leyendas de estas criaturas. ¿No sería más lógico pensar que existieron hace no tanto tiempo?

Una consideración final que me parece muy interesante es el fuego que se supone escupían los dragones por la boca. No hay manera de saberlo a ciencia cierta, pero no es descabellado imaginar que corresponde a una realidad biológica. El escarabajo bombardero usa un mecanismo de defensa parecido a pequeña escala, con una mezcla ingeniosa de químicos en su interior. [11] Al fosilizarse los dinosaurios, los restos blandos de un mecanismo así difícilmente se conservarían, por lo que nadie se habría percatado de ello.

12. No cabríamos en el planeta

Los evolucionistas creen que el hombre en su "estado evolutivo actual" lleva casi un millón de años en la Tierra. Esto no es verosímil porque de ser así, literalmente no cabríamos en el planeta. Desde el principio, aún sin los beneficios de la tecnología que tenemos ahora, el hombre no tenía depredadores naturales. Así lo dispuso Dios; el hombre es el rey de la Creación. Algunos animales (leones, osos, dinosaurios, etc.) le podían suponer una amenaza esporádica, pero viviendo en comunidad, el hombre era casi invulnerable. Más bien al revés; el hombre era una amenaza para otros animales depredadores, que solían extinguirse de zonas donde había núcleos cercanos de población humana. El hombre tiene la característica de extenderse y "llenar la Tierra", tal y como Dios le mandó hacer. Mientras hay territorio disponible, no hay límite a la población.

Es simplemente cuestión de matemáticas. Podríamos compararlo a los cultivos de bacteria que se hacen en una placa de petri; mientras aún caben en la placa, cada x tiempo su población doblará. Sabiendo el tiempo necesario para que doble su población, se puede calcular cuanto tiempo tardarán en llenar la placa. Aún hay tierra cultivable en el planeta, sin hablar de las mejores en las técnicas de producción de alimentos, por lo que la población humana no ha llegado a su límite. Si partimos de un número determinado de personas, y damos por hecho una tasa mediana de crecimiento, podemos calcular fácilmente cuánto tiempo tardarían en llegar a la población actual.

Intentaré resumir cómo se hacen los cálculos matemáticos para el crecimiento demográfico. [12] Podríamos comparar una población con el interés sobre una cantidad de dinero, con la salvedad de que el dinero (sobre todo hoy en día) tiene un valor totalmente relativo, y con la inflación cada vez vale menos. Pero si imaginamos que tenemos 200 euros en el banco y nos dan una tasa de 1% interés anual, con ese ritmo de crecimiento, ¿cuánto tendremos al cabo de un año? La respuesta es 200 × 1,01 = 202. Ahora bien, si esta cantidad aumenta 1% dos años consecutivos, ¿cuánto dinero tendremos? 200 × 1,01 × 1,01 = 200 × 1,012 . En general, con x años tenemos: 200 × 1,01x Si el aumento es de 0,5%, la expresión sería 200 × 1,005x, etc.

¿Y cuál es el aumento anual actual de la población? En los países desarrollados, a pesar de una medicina eficiente, el aumento es menor de 0,5%, mientras que en los países sudamericanos o africanos, con todas las guerras y una tasa de mortalidad infantil altísima, es aproximadamente 3%. Estos datos dan al traste con el argumento evolucionista de que antes, en la imaginaria "pre-historia", la población humana no pudo crecer, debido a las muertes violentas por guerras y la falta de higiene y conocimientos médicos.

Con un aumento del 1%, ¿cuántos años se necesitan para doblar la población? Nada más que 70, porque 1,0170 = 2,00676. Si partimos de las seis personas en edad fértil (los tres hijos de Noé y sus respectivas mujeres) que salieron del Arca después del Diluvio, ocurrido aproximadamente hace unos cinco mil años, ¿cuántas veces es necesario que doble la población para llegar a aproximadamente seis mil millones y medio de personas actuales? Pues nada más que unas treinta veces, porque 6 × 2 a la potencia 30 = 6,442,450,944.


El crecimiento exponencial de la población humana mundial queda claramente reflejado en este gráfico:
Sin embargo, los evolucionistas quieren que creamos que la población humana mundial se mantuvo totalmente congelada entorno al millón de personas durante casi un millón de años; que luego, hace unos 5,000 años de repente despegó; y que desde entonces ha crecido de manera exponencial. ¡Hagamos los cálculos! Si suponemos que durante un millón de años ha habido un ritmo de crecimiento de tan sólo 0,01%, que significa que la población ha doblado cada 7,000 años, un crecimiento paupérrimo, quiere decir que el número de personas en el mundo hoy tendría que ser 10 a la potencia 43; es decir, ¡un 10 con 43 ceros detrás!

Los evolucionistas hablan de una "edad de piedra" que duró unos 100,000 años, antes de las primeras civilizaciones basadas en la agricultura. Como acabo de explicar, esto no cuadra con los ritmos de crecimiento demográfico, pero hay otro problema: ¿dónde están todos los cadáveres? Si hasta los hombres que llaman "neandertales", supuestamente una versión más primitiva del homo sapiens, enterraban a sus muertos, deberíamos encontrar tumbas por doquier. De nuevo vamos a hacer un poquito de matemáticas.

Vamos a dar por bueno el dato de una población media de un millón (su estimación más baja), y vamos a multiplicar. Con una esperanza de vida entorno a 25 años, tendríamos que tener 4,000 millones de cadáveres por el mundo de ese periodo. Han encontrado bastantes tumbas antiguas, pero nada en comparación con las que deberían existir. El mundo tendría que estar rebosante de tumbas neolíticas y sus artefactos. ¡Tendría que haber una tumba por jardín!

En resumen, el ritmo de crecimiento demográfico casa perfectamente con la cronología bíblica, mientras es absolutamente incompatible con la cronología evolucionista.

NOTAS

[1]  Barnes, T. G. "Decay of the earth's magnetic moment and the geochronological implications," Creation Research Society Quarterly 8 (June 1971) 24-29.

[2] Humphreys, D. R. "Reversals of the earth's magnetic field during the Genesis flood", Proceedings of the First International Conference on Creationism, Vol. II, 1986, 113-126.

[3] S.A. Austin and D.R. Humphreys, The sea´s missing salt: a dilemma for evolutionists, Proceedings of the Second International Conference on Creationism, Vol. II, pp. 17–33, 1990.

[4] R. E. Taylor and J. Southon, “Use of Natural Diamonds to Monitor 14C AMS Instrument Backgrounds,” Nuclear Instruments and Methods in Physics Research B 259 (2007): 282–287.

[5] John D. Milliman and James P. N. Syvitski, “Geomorphic/Tectonic Control of Sediment Discharge to the Ocean: The Importance of Small Mountainous Rivers,” The Journal of Geology 100 (1992): 525–544.

[6] William W. Hay, James L. Sloan II, and Christopher N. Wold, “Mass/Age Distribution and Composition of Sediments on the Ocean Floor and the Global Rate of Sediment Subduction,” Journal of Geophysical Research 93, no. B12 (1998): 14,933–14,940.

[7] R.S. Coe, M. Prévot and P. Camps, "New evidence for extraordinarily rapid change of the geomagnetic field during a reversal", Nature 374(6564):687–692, 1995.

[8] Krenvolden, et al, ‘Racemization of Amino Acids in Sediments from Saranich Inlet, British Columbia’, Science, Vol. 169, septiembre 1970, pp. 1079–1082.

[9] L. Helmick, ‘Origins and Maintenance of Optical Activity’, Creation Research Society Quarterly, Vol. 12, diciembre 1975, pp. 156–164.

[10]  2005, www.amazon.com/Genetic-Entropy-Mystery-Genome-Sanford/dp/1599190028

[11] Ver un excelente trabajo de Juan Carlos Monedero sobre este bicho fascinante.

[12] Agradezco a Milenko Bernadic su ayuda con las matemáticas.