Cristo de la Luz

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sábado, 31 de enero de 2015

Rabbitgate: ¿Podría Venir Bien?

Este artículo de Christopher A. Ferrara, traducido por Christopher Fleming, fue publicado en The Remnant el 28 de enero 2015.

Este artículo es mi visión sobre el impacto que ha tenido el escándalo causado por la reciente conferencia de prensa en el avión que transportaba a Francisco de Manila a Roma. El titular, absolutamente predecible, rezaba: "El Papa Francisco: los Católicos No Tienen que Criar como Conejos." Que se abstengan los objetores de molestarme a mí o a este periódico, hablando de una "mala traducción" o de "todo el contexto" de las palabras del Papa, o con minucias como que "el Papa no dijo criar cono conejos, sino ser como conejos". He visto la entrevista entera en italiano, la he comparado con la transcripción proporcionada por la revista America, y puedo confirmar que el Papa dijo lo que dijo, y que su  "contexto" no sólo no disminuye, sino que empeora el escándalo que ha causado, una vez más por hablar de manera improvisada.

Es decir, el escándalo que ha causado por decir lo que realmente piensa, que se supone es la gran ventaja de hablar "desde el corazón", en lugar de leer siempre de textos preparados, como su predecesor cohibido.

Primero, "Rabbitgate", tal y como los blogueros católicos lo han apodado, es otro ejemplo de un espectáculo sin precedentes en la historia del papado: un Papa que públicamente e incesantemente denuncia a sus súbditos por su apego a las doctrinas y disciplinas de la Iglesia. Hasta ahora la Iglesia nunca ha tenido que soportar a un Papa que condena a los miembros de su grey porque observan ciertas reglas o demuestran un fe intransigente a un estilo católico del pasado. Hasta ahora nunca se ha visto a un Papa que muestra nada más que indulgencia hacía los disidentes respecto a las enseñanzas de la Iglesia en materia de fe y moral, a la vez que declara con desdén,- en una exhortación apostólica, nada menos,- que "una supuesta solidez de doctrina y disciplina lleva a un elitismo narcisista y autoritario".

Sin embargo, mientras que antes Francisco limitaba sus asombrosas denuncias de ortodoxia y ortopraxis a grupos no definidos de fieles, durante la conferencia de prensa en el avión de vuelta de Manila hizo algo que la Iglesia nunca ha visto hasta ahora: denunció a una sola mujer que había conocido en una parroquia de algún lugar, porque confiaba que Dios le ayudaría en su octavo embarazo que requeriría una cesárea. Dando rienda suelta a su deseo, que parece insaciable, de hablar a la prensa, Francisco añadió estas palabras infames a una serie de pronunciamientos infames, que no tienen parangón entre todos Papas que le han precedido:
Esto no significa que el cristiano debe hacer hijos en serie. Reprendí a una mujer hace unos meses en una parroquia que estaba embarazada de su octavo hijo, con siete cesáreas. "¿Pero quieres dejar a siete huérfanos? Esto es tentar a Dios. Él [Pablo VI] habla de paternidad responsable."
Aunque parezca increíble, el mismísimo Vicario de Cristo suministró a los medios de comunicación del mundo los datos suficientes para que fuera evidente a todos los que conocen a esta mujer que el Papa le había reprendido personalmente, por ser una madre irresponsable que ha cometido el pecado de tentar a Dios, cuando en realidad está practicando una virtud heroica al aceptar a todos los hijos que Dios le ha dado, con la asistencia de un procedimiento que la medicina moderna otorga a las madres con embarazos complicados de manera rutinaria. (Todos conocemos y admiramos a madres católicas que han dado a luz a bebés sanos gracias a múltiples cesáreas.)



Antonio Socci ha subrayado un aspecto devastador de este pontificado cada vez más estrambótico: "Si [la mujer] hubiera dicho que usaba la píldora o que estaba divorciada, [Francisco] hubiera dicho ¿quién soy yo para juzgar?" Otra vez este Papa, cuyo mensaje mediático es de misericordia y compasión, ha mostrado una total falta de misericordia y compasión para con los católicos que luchan heroicamente por vivir su fe conforme a la enseñanza exigente pero liberadora de la Iglesia.

Pero esta vez nuestro Papa extraño ha ido demasiado lejos, incluso para muchos de sus más acérrimos defensores. No quedó ahí la cosa; Francisco quiso denunciarla una segunda vez hacía el final de la conferencia. Fue en respuesta a una pregunta contenciosa de un periodista sobre si la pobreza en Filipinas está relacionada con el hecho de que la mujer filipina tiene como media tres hijos o más:
Ese ejemplo que mencioné hace poco de la mujer que esperaba su octavo (hijo) tras siete cesáreas. Eso es una irresponsabilidad [dicho con énfasis] "No, pero yo confío en Dios" [mofándose de su supuesta convicción] Pero Dios te da métodos para ser responsable. Algunos piensan, disculpen si uso esa palabra, que para ser buenos católicos tenemos que ser como conejos. No. ¡Paternidad responsable! Esto está claro, es por lo que hay grupos matrimoniales en la Iglesia, hay expertos en este tema, hay pastores. Uno puede buscar y conozco muchísimas formas de evitar esto que son lícitas y que pueden ayudar. Ha hecho bien en preguntarme. 
Estas palabras revelan la mentalidad que hay detrás. ¿Qué tipo de Papa denunciaría públicamente por tentar a Dios a una mujer católica que confía en Su Providencia - una confianza tan evidentemente premiada, con tantos niños alumbrados felizmente? ¿Qué tipo de Papa utilizaría a esta mujer como ejemplo de católicos que creen que deben "ser como conejos", y de esta manera dar credibilidad a la caricatura maliciosa que hace el mundo de las madres católicas? (Los blogueros neo-católicos en el "Equipo Bergoglio", a la desesperada, sacaron el comentario del "conejo" del contexto de la mujer que citó Francisco, argumentando que el Papa hablaba de manera general sobre la enseñanza católica.)

Además, ¿qué tipo de Papa se referiría a muchísimas formas de evitar el embarazo, como si la paternidad fuera algo del cual los católicos necesitan una escapatoria? Y ya que estamos, ¿qué quiere decir Francisco cuando habla de muchísimas formas de evitarlo, dado que la abstinencia, periódica o permanente, es la única manera lícita de evitar un embarazo, y ésta sólo por razones graves?

Pero las revelaciones no acabaron aquí. Prosiguió Francisco con esta observación sobre los filipinos que viven en la pobreza:
Otra cosa curiosa en relación a esto es que para la gente más pobres un hijo es un tesoro. Es verdad que hay que ser prudente incluso aquí, pero para ellos un hijo es un tesoro. Algunos diría "Dios sabe como ayudarme" y quizás algunos de ellos no son prudentes, es cierto. Pero miremos también la generosidad de ese padre y esa madre que ven en cada hijo un tesoro.
¿Por qué piensa Francisco que es "curioso" que para los más pobres un hijo es un tesoro? ¿Por qué dice "incluso aquí" - con los más pobres - "hay que ser prudente", como si sugiriese que los más pobres se pueden permitir ser algo menos "responsables" a la hora de concebir hijos, porque para ellos son un tesoro y no tienen otro tesoro? Un hijo es un tesoro para todo el mundo, sea rico o pobre, no solamente "para ellos", los más pobres. Y si cada hijo es un tesoro para cada persona a quien Dios decide conceder un hijo, ¿con qué derecho condenó dos veces Francisco a una mujer - evidentemente no una mujer muy pobre - que ha traído al mundo a ocho hijos, con la ayuda de un procedimiento médico corriente?

En resumidas cuentas, el hombre que la prensa ha idolatrado como un  humilde y tierno pastor de almas, mediante una comparación odiosa con su predecesor, aquí ha revelado tener una faceta bastante mezquina y no poca condescendencia hacía los pobres. Aún tras la inevitable "aclaración" dos días más tarde, con el Papa leyendo un texto preparado en su audiencia del miércoles que alababa las familias numerosas y afirmaba que cada hijo es un regalo de Dios, no hubo ni rastro de una disculpa hacía la mujer que había calumniado delante del mundo entero, precisamente porque había aceptado de manera valerosa ocho regalos de Dios.

"Rabbitgate" puede ser el punto de inflexión en el pontificado de Bergoglio, tal y como fue Watergate en la presidencia de Nixon, un acontecimiento apropiado para un pontificado que se asemeja muchísimo a una presidencia. La blogosfera está repleta de protestas de madres de ocho o más hijos que ahora se dan cuenta de lo que este periódico lleva meses denunciando: que algo gordo falla en este pontificado, algo que la Iglesia no había experimentado antes.

Un colaborador de la página resolutamente centrista, Aleteia.org, ha observado: "si Facebook es representativo, muchas familias numerosas sienten bastante menos amor por Francisco después de los conejos". Mientras que estas mismas personas por lo general han aceptado sin rechistar las palabras y gestos escandalosos de este Papa, dejando que protesten los tradicionalistas, esta vez Francisco ha hecho mella en el católico "conservador" de a pie, y los ojos se están abriendo. Escribe el mismo autor: "Si después de los "conejos" para ti Francisco no es lo que era, que así sea. Jesucristo aún reina." Añado un sentido amen.

La percepción cada vez más amplia de que Francisco está fuera de control podría ser un factor crucial en la consolidación de la resistencia jerárquica y laica, que será necesaria para evitar el debacle que claramente tiene en mente para el Sínodo de 2015, si es que nos podemos hacernos una idea por la elección del líder de su Consejo de Ocho. Tal y como el Cardenal Maradiaga declaró recientemente, con toda la imprudencia que le ha merecido el apodo de "Mad Dog Maradiaga":
El Concilio propulsó renovaciones institucionales, siguiendo la lógica del Espíritu. Estas reformas engloban todos los niveles de la organización eclesial... Pero los cambios funcionales e institucionales en sí mismas resultaron ser insuficientes, superficiales... El Papa quiere llevar esta renovación hasta el punto en que será irreversible.
Mientras que Francisco nos cuenta lo que realmente piensa y enajena a un número creciente de fieles, que caen en la cuenta de que este papado está peligrosamente disfuncional, sólo nos queda rezar que lo que vemos sea el Espíritu Santo escribiendo recto con renglones torcidos. Es muy posible que la amenaza representada por el Bergoglianismo será evitada por las meteduras de pata del mismo Jorge Bergoglio.


Vigilando a Francisco


El Papa que condena públicamente a una madre de ocho hijos por "irresponsable", concede una audiencia privada a una pareja homosexual "transexual".

El bergoglianismo da un nuevo giro hacía la locura. El mismo Papa que quiso aprovechar una conferencia de prensa para condenar a una madre católica con ocho hijos por tentar a Dios, acaba de recibir en una audiencia privada en su residencia a una mujer que procura convertirse en hombre mediante cirugía de "cambio de sexo" y su llamada "prometida". Una versión habla de su "mujer", pero al parecer la "boda" tendrá que esperar hasta que se complete el procedimiento de reasignación de género de "Diego".


La audiencia, que tuvo lugar el 24 de enero a las 17 horas, fue después de que Francisco hiciera personalmente dos llamadas telefónicas a la mujer, que ahora se hace llamar Diego, quien se había quejado de que su párroco había condenado su "cambio de sexo" y que se sentía marginada en la Iglesia. La primera llamada ocurrió en la fiesta de la Inmaculada Concepción y la segunda en Noche Buena, cuando Francisco invitó personalmente a "Diego" y su "prometida" a visitarle en el Vaticano.

Así que tenemos a un Papa que concede una audiencia privada a una "pareja transexual", a la vez que se niega a reunirse con el fundador de los Frailes Franciscanos de la Inmaculada, cuya orden católica floreciente ha destruido, o con el solitario obispo de Paraguay a quien depuso de su diócesis, rebosante de vocaciones, porque se le opuso el episcopado paraguayo, dominado por progresistas, que espantan a millones de católicos de la Iglesia.

lunes, 26 de enero de 2015

El Papa Francisco y el Medio Ambiente III

En esta tercera y última entrega sobre el ecologismo indagaré en las causas y motivaciones del alarmismo acerca del cambio climático. La teoría del calentamiento global antropogénico fue creada y es mantenida por una serie de intereses muy poderosos. Estos intereses se escapan a menudo del público en general, que se traga acríticamente todo lo que le dicen los medios de comunicación de masas, pero si somos mínimamente escépticos hacía el mundo moderno en general, no debería ser demasiado difícil desentrañar porqué y cómo el cambio climático se ha convertido en uno de los grandes engaños de nuestro tiempo.


Empecemos con los políticos. Hay muchos que aún conciben la política en términos de derecha-izquierda, de conservadores contra progresistas. No sé si alguna vez fue así, pero en mi opinión ahora es más certero pensar en el Poder contra el Pueblo. Siempre que un asunto ofrece la oportunidad de ampliar los márgenes de actuación del gobierno, el Poder lo aprovechará, sea en el tema de la salud pública, la educación, la seguridad ciudadana, o cualquier otro ámbito de nuestra vida diaria. La única regla del Poder es MÁS PODER. La influencia del Poder crecerá en la medida que el Pueblo consienta esta intromisión del gobierno en su vida. Tristemente, al menos en Europa, hoy en día los gobiernos nos dicen desde lo que tenemos que comer hasta cómo tenemos que educar a nuestros hijos.

El asunto del cambio climático es un auténtico filón para el Poder, ya que le permite legislar sobre todo tipo de cuestiones que antes se escapaban de su control (cuántas más leyes mejor), y recaudar nuevos impuestos a los ciudadanos y la industria por "contaminar" con sus emisiones de CO2. En una escala global, el miedo a catástrofes climáticas imaginarias le permitirá además poner la primera piedra del futuro Gobierno Mundial, un viejo sueño de la Masonería y demás enemigos de la Iglesia Católica. El Protocolo de Kyoto, tal y como explica Christopher Monkton en esta conferencia, es simplemente la forma de establecer un Gobierno Mundial, que recaudará impuestos de todas las economías del mundo (se ha hablado de un 2% del PIB de cada nación) por sus emisiones de CO2, y vigilará para que todos cumplan sus obligaciones para con el planeta. Lo de menos es el CO2 y el medio ambiente; eso es sólo un pretexto para crear una administración supranacional, con poder de recaudar impuestos y sancionar a los países que no pagan. Para un vídeo más resumido, ver este enlace.

Una vez que el carro del calentamiento global adquirió inercia política eran muy pocos los políticos que se atrevían a llevar la contraria al "consenso". Todos querían ser verdes porque estaba de moda, y no merecía la pena arriesgar una elecciones por una cuestión técnica de temperaturas y gases en la atmósfera. Los pocos que se salían de la línea marcada eran ridiculizados y marginados. Un ejemplo de ello es lo que ocurrió en el año 2007 cuando Mariano Rajoy, entonces aún líder de la oposición en España, dijo algo sobre la imposibilidad de predecir el tiempo, y que el calentamiento global no podía convertirse en "el gran problema mundial". La prensa se le echó encima como una jauría de perros salvajes. Lo que escribió el diario El País al día siguiente es un ejemplo del sensacionalismo periodístico que se ha convertido en norma cuando se trata el tema del cambio climático:
Mariano Rajoy se enfrentó ayer a la ciencia. [Como si "la ciencia" fuera una religión, con sus dogmas inamovibles] En contra del consenso científico mundial [un truco típico del Poder; inventar un "consenso" para tachar de hereje a cualquiera que pone en duda sus dogmas], que considera el cambio climático producido por el hombre como una de las mayores amenazas contra la humanidad, Rajoy negó que se trate de un problema mundial.
El linchamiento mediático obtuvo los resultados deseados. El Sr. Rajoy, que no se caracteriza precisamente por su valentía, no volvió a cuestionar el dogma del calentamiento global antropogénico, y al llegar al poder despilfarró millones de euros del contribuyente para luchar contra un problema que no existe.

La motivación de los ecologistas no es difícil de entender. Lo explica bien una película muy recomendable, The Great Global Warming Swindle, producida por la cadena británica Channel 4, quizás para atacar a su cadena rival, la BBC, el paradigma moderno de la corrección política. Especialmente llamativo es el testimonio de Patrick Moore, co-fundador de la ONG, Greenpeace, otro "negacionista" de la teoría del calentamiento global antropogéntico. Traduzco textualmente sus palabras que aparecen en el minuto 43:00:
El cambio climático se convirtió en un punto central para el movimiento ecologista debido principalmente a dos razones muy diferentes. La primera razón es que desde mediados de los años ´80 la mayoría de la gente ya estaba de acuerdo con todas las cosas razonables que nosotros, en el movimiento ecologista, les estábamos diciendo. Cuando una mayoría está de acuerdo contigo es difícil entrar en polémica. Así que la única manera de seguir siendo anti-sistema fue adoptar posiciones cada vez más extremas.
Cuando yo me salí de Greenpeace estaban a punto de lanzar una campaña para la prohibición mundial del cloro. Les dije: "Oye chicos, el cloro es uno de los elementos en la tabla periódica. No sé si entra en nuestra jurisdicción prohibir un elemento entero."
La otra razón por la que surgió el extremismo ecologista fue que el comunismo mundial fracasó, cayó el Muro de Berlín, y muchos pacifistas y activistas políticos se trasladaron al movimiento ecologista, llevando consigo su neo-marxismo. Aprendieron a utilizar el lenguaje verde de manera muy inteligente, para ocultar sus motivaciones secretas, que en realidad tenían más que ver con el anti-capitalismo y la anti-globalización, que con el medio ambiente o la ciencia. 
Esto es más o menos lo que yo escribí en la primera parte del artículo, ¡pero oírlo de boca de uno de los fundadores de Greenpeace es asombroso!

En los medios de comunicación el histerismo acerca del cambio climático no es nada nuevo. Sirva de ejemplo esta simpática imagen de dos portadas de la revista estadounidense, Time; una del año 1977 y otra del 2006. La primera nos advierte de que viene otra Edad de Hielo, y la segunda de que deberíamos estar MUY preocupados por el calentamiento global. ¿En qué quedamos? Quizás lo mejor sería tranquilizarse un poquito.

En cuanto a los científicos, la motivación es clara. Hoy en día prácticamente el 100% de los fondos para la investigación científica, que se ha convertido en una ocupación muy costosa, proviene del erario público. Todos los investigadores compiten entre sí para lograr la financiación que necesitan, y por tanto ninguno quiere ir en contra de lo políticamente correcto. No debe sorprendernos que a la hora de decidir a dónde o a quién se destinan los fondos para la investigación, los políticos tendrán muy en cuenta lo que está bien visto políticamente en ese momento. Además, si un meteorólogo presenta su trabajo como algo realmente urgente (¿y qué puede ser más urgente que "salvar el planeta"?) es mucho más probable que reciba fondos que si dice que el clima no es un problema. Cuando la política se mete en el terreno de la ciencia es inevitable que la ciencia se corrompa, porque la tentación de decirles a los políticos lo que quieren oír a cambio de financiación es demasiado fuerte para la mayoría de científicos.

Un efecto pernicioso de las campañas contra el cambio climático es que mantienen a los países pobres en el subdesarrollo. Es una gran hipocresía querer que los países africanos utilicen fuentes energéticas "verdes", como los paneles solares o las turbinas de viento (también conocidas como energías subvencionables), a la vez que los países ricos las usan de manera testimonial, principalmente para acallar su conciencia ecologista. Las energías renovables constituían en el año 2012 un 11% de la energía consumida en EEUU, un porcentaje similar a otros países desarrollados. No llega a más principalmente porque las renovables son entre tres y cuatro veces más caras que otras fuentes de energía. En España, por querer a toda costa llenar el país de placas solares y turbinas de viento, que aparte de estropear el paisaje matan a miles de pájaros cada año, se ha triplicado la factura de la luz de los hogares en poco más de diez años. ¡Hoy en día ser ecológico es sólo para ricos! Desde luego, con paneles solares los africanos no van a salir de la pobreza, y dado que no tienen dinero para pagar por contaminar con emisiones de CO2, como pretende el Protocolo de Kyoto, gracias al ecologismo serán condenados a la pobreza para siempre.

Debido en parte a la histeria acerca del cambio climático, en EEUU y Europa se ha sustituido millones de hectáreas de cultivos de cereales por cultivos de colza o girasoles, para la elaboración de bio-combustibles, porque producen menos emisiones de CO2. El efecto previsible de esto ha sido un aumento espectacular en el precio de la harina. Para los que vivimos en el mundo rico es un fastidio que una barra de pan nos cueste el doble que hace unos años, pero para alguien en África que vive en la pobreza absoluta, es la diferencia entre la vida y la muerte. Las revueltas por el precio de la harina, las hambrunas y las millones de muertes causadas por la política de potenciar combustibles "verdes", han pasado prácticamente desapercibidas por los países ricos, porque simplemente no eran noticia. Sin embargo, cada pájaro que se encuentra muerto por un vertido de petróleo llena los telediarios y es motivo de manifestaciones y dimisiones políticas.

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QUE ESTO


En realidad es mucho más ecológico el uso de combustibles fósiles que su alternativa, que en los países pobres no son los paneles solares, sino la madera. El uso de la madera como primera fuente de energía causa la deforestación y la destrucción de hábitats naturales, mientras que el petróleo tiene el efecto contrario: beneficia a los árboles. Esto se ha visto una y otra vez en el mundo; cuando una economía pasa de quemar árboles a quemar combustibles fósiles, los ecosistemas florecen. Por ejemplo, en España a principios del siglo XX los carboneros habían dejado muchos montes completamente pelados. En Sierra Espuña, Murcia, se repobló una zona inmensa que hoy en día es uno de los pulmones verdes de la región. Esta repoblación fue un éxito en gran parte porque el carbón y el petróleo sustituyeron gradualmente a la madera como principal fuente de energía.

Este efecto se aprecia bien en la imagen abajo, que muestra la frontera entre Haití a la izquierda, donde la fuente más importante de energía es la madera, y la República Dominicana a la derecha, un país desarrollado, consumidor de petróleo. Que cada uno elija lo que prefiere y que los ecologistas nos digan qué modelo es más beneficioso para la naturaleza.


A pesar de todo, con el tiempo la verdad suele imponerse. Creo sinceramente que la histeria acerca del calentamiento global toca a su fin, por la sencilla razón de que en los últimos 18 años no se ha registrado el más mínimo aumento en las temperaturas. No se puede mantener una mentira tan gorda durante tanto tiempo. Al final caerá por su propio peso, y la teoría del calentamiento global antropogénico será otra idea estúpida consignada al cubo de la basura de la Historia. Por esta razón espero que el Papa Francisco no delapide aún más el prestigio del papado, al promover la teoría del calentamiento global antropogénico, que no es más que un mito.

No hay ninguna falta de problemas reales que merecen la atención del Santo Padre. Por poner algunos ejemplos, podría denunciar el genocidio de los no nacidos, los ataques contra la familia del loby homosexual, las masacres de cristianos en Iraq y Siria, la pérdida de la fe católica en Occidente, y las guerras injustas que libra el Imperio por el control del tráfico mundial del petróleo. Si no quiere meterse en estos temas, podría centrarse en poner un poco de orden en su propia casa; podría excomulgar a todos los obispos, sacerdotes y religiosos herejes, que día tras día niegan dogmas de fe; podría reformar la liturgia, para poner fin a los sacrilegios contra la Eucaristía; podría echar de las universidades a teólogos modernistas que corrompen la fe de la gente sencilla.


Y si esto es demasiado complicado, podría limitarse a consagrar Rusia al Inmaculado Corazón de María, tal y como pidió la Virgen de Fátima. Tendría que invitar a todos los obispos del mundo a Roma y celebrar con ellos una ceremonia muy sencilla. Le llevaría un cuarto de hora, nada más, y según lo que prometió la Virgen, tendríamos paz en el mundo. Vamos, es sólo una sugerencia. Incluso haría menos daño si no hiciera ABSOLUTAMENTE NADA. Pero lo último que debería hacer es llamar a todos los católicos a luchar contra un problema que no existe.
 

jueves, 22 de enero de 2015

Los votos del Matrimonio son para toda la vida

Traduzco este artículo, publicado el 18 de noviembre de 2014, de mi admirado Padre Carota y su blog, Traditional Catholic Priest. Trata de la indisolubilidad del matrimonio sacramental, una verdad de fe tan denostada y atacada hoy en día, tristemente incluso desde DENTRO de la Iglesia Católica. Por esta razón debemos insistir a tiempo y a destiempo en reafirmar la enseñanza perenne sobre el matrimonio que Nuestro Señor legó a Su Iglesia.



Dios nos pedirá cuentas por cada palabra que decimos. He oído decir que cada palabra que se ha pronunciado por los seres humanos a lo largo de la Historia anda por allí flotando en el aire.

Dios no sólo nos pedirá cuentas por cada palabra que hemos dicho. Con aún mayor severidad, nos examinará a la luz de nuestros votos. Los Papas, los cardenales, los obispos, los religiosos, los sacerdotes, los laicos consagrados, y los esposos, han hecho votos, poniendo por testigo a la Iglesia, y sobre todo a Dios.

Aunque el reciente Sínodo tratara de permitir la Comunión para las personas que ya han hecho votos de matrimonio y los han traicionado al cometer adulterio en otros "matrimonios", Dios se acuerda de sus PRIMEROS VOTOS MATRIMONIALES. Dios no sufre de amnesia. Tampoco tienen amnesia todos los que estuvieron presentes en su boda: la pareja, el sacerdote, los dos testigos, y todos los familiares y amigos que los acompañaron en su boda sacramental.


No fui yo, ni la Iglesia Católica, que hizo que el sacramento del Matrimonio fuera sagrado e indisoluble. Fue el Mismísimo Dios en el principio de todo y luego reiterado por Jesucristo. "Los dos serán una sola carne". "Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre."

Ningún sínodo, ningún Papa, ninguna persona casada, ningún sacerdote, absolutamente nadie, puede dividir lo que Dios ya ha unido. Los matrimonios se pueden separar, divorciarse y volverse a "casar", pero cualquiera en la Iglesia que diga que esto está bien, y que podrán recibir la Sagrada Comunión los que vivan en una relación adúltera, blasfema. Y los que reciban la Comunión en una relación adúltera cometen sacrilegio. Dios realmente nos toma la palabra literalmente.


El rito tradicional del Santo Matrimonio empieza con una introducción, una exhortación a la pareja, antes de hacer sus votos de por vida en el Matrimonio. Esto es lo que dice:

Mis queridos amigos: Estáis a punto de entrar en una unión sumamente seria y sumamente sagrada, porque fue establecida por Dios Mismo; sumamente seria, porque os vinculará de por vida en una relación tan cercana e íntima, que influirá todo vuestro futuro. Ese futuro, con sus esperanzas y sus decepciones, sus éxitos y sus fracasos, sus placeres y sus sufrimientos, sus alegrías y sus penas, está oculto a vuestros ojos. Sin ver lo que os espera, os decís "SÍ" en las duras y en las maduras, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte os separe.
Verdaderamente, pues, estas palabras son sumamente serias. Es un bello tributo a la fe que tenéis indudablemente el uno en el otro, que estéis tan dispuestos a pronunciarlas, aún sabiendo su carga de seriedad. Puesto que estas palabras entrañan unas obligaciones tan solemnes, es menester que la seguridad de vuestra vida matrimonial descanse sobre el gran principio de autosacrificio. Empezáis vuestra vida de casados por la voluntaria y total entrega de vuestras vidas individuales, en pro de esa vida más profunda que tendréis en común. De aquí en adelante seréis una sola mente, un solo corazón, un solo afecto. Y cualquier sacrificio que se os requerirá desde este momento, para preservar esta vida en común, lo haréis generosamente. El sacrificio suele ser difícil y costoso. Tan sólo el amor puede hacer que sea fácil; el amor perfecto lo convierte en una alegría. En la medida que amemos, así estaremos dispuestos a dar. Y cuando el amor es perfecto, el sacrificio es completo. Tanto amó Dios al mundo que entregó a Su Hijo unigénito, y tanto nos amó el Hijo que se entregó a Sí Mismo por nuestra salvación. "Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos."
No encontraréis ninguna bendición tan grande en vuestra vida de matrimonio que el amor conyugal puro, leal y fiel hasta el final. Que este amor, que hoy une vuestras manos y vuestros corazones, no falle nunca, sino que crezca año tras año, cada vez más profundo y más fuerte. Si el amor verdadero y el espíritu altruista del sacrificio perfecto guían vuestros pasos, podréis contar con el mayor grado de felicidad terrena que se le concede al hombre en esta vida. El resto está en manos de Dios. Él no os abandonará en vuestras necesidades; os promete la ayuda de por vida de Sus gracias en el Santo Sacramento que ahora váis a recibir.  




¡Gracias a Dios por estas enseñanzas tradicionales sobre el matrimonio católico contenidas en la ceremonia nupcial tradicional! Lex orandi, lex credendi. El matrimonio es extremadamente difícil. Cualquier oración o enseñanza falsa lo socava fácilmente y los matrimonios se desmoronan. Me gustaría pedir a todos los que estáis casados y estáis leyendo este blog, que imprimáis estas instrucciones y las habléis entre vosotros. Acordaos que se dice que Dios estará ahí con vosotros durante toda vuestra vida de matrimonio, hasta la muerte. Esto significa en los buenos tiempos y en los malos tiempos, en la enfermedad y en la salud, en la pobreza y en la riqueza. Somos tan afortunados de ser católicaos tradicionales y tener esta sabiduría divina, para ayudarnos a atravesar este "valle de lágrimas", hasta alcanzar el Cielo.

viernes, 16 de enero de 2015

El Papa Francisco y el Medio Ambiente II

En la primera parte de este trabajo examiné las distintas fuerzas e ideologías que convergen hoy en día en el movimiento ecologista, que desde sus inicios conservacionistas en la Inglaterra del siglo XIX se ha transformado en una nueva religión pagana, con tintes neo-marxistas y antinatalistas. Concluí que no sería una buena idea que la Iglesia, con el Papa Francisco a la cabeza, se subiera al carro de un movimiento así, sin marcar las distancias y hacer las necesarias puntualizaciones. Defensa de la naturaleza que Dios nos ha dado, sí; abrazar la eco-religión, no. Ahora toca examinar desde la ciencia lo que ahora se ha convertido en el núcleo de la propaganda verde: el calentamiento global antropogénico, la teoría de que la Tierra se está calentando por culpa de la actividad del hombre.


La teoría del calentamiento antropogénico se refiere específicamente al uso de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural) que al quemarse producen el gas CO2, un llamado gas invernadero. Dicen los alarmistas del calentamiento global que la mayor conentración de CO2 en la atmósfera, debida a la industrializacción del mundo, es responsable del aumento de las temperaturas que, según ellos, se observan. En su opinión, este aumento en las temperaturas es la causa de que ocurran tantas catástrofes meteorológicas últimamente en todo el mundo: ciclones, sequías, inundaciones, etc. Dicen que si no hacemos algo para reducir drásticamente nuestras emisiones de CO2, todo esto irá en aumento y millones de personas morirán de hambre y sed. Además, en cuestión de décadas las temperaturas subirán tanto que las capas de hielo polar se derretirán y el nivel de los océanos subirá varios metros, anegando zonas costeras por todo el planeta, dejando ciudades enteras bajo el mar.

Esta es la teoría, o mejor dicho, la propaganda. ¿Cuál es la realidad?  La realidad es que los datos científicos no indican que la actividad del hombre esté calentando el planeta ni que vaya a hacerlo de manera significativa en el futuro. Primero, habría que aclarar que a lo largo de la historia el clima siempre ha cambiado, y lo raro sería que ahora no cambiara. Tampoco está claro que nos vendría mal un poco más de calor. De hecho, la Historia nos dice todo lo contrario; la expansión del Imperio Romano ocurrió durante un periodo mucho más caluroso que la nuestra, y la era de mayor esplendor de Europa, en lo que ahora se llama la Alta Edad Media, coincidió con un largo período caliente, ¡cuando cultivaban viñas en el norte de Inglaterra! Desde el siglo XV hasta el siglo XVIII hubo lo que se ha denominado una "mini edad de hielo". Así que el clima está cambiando, como siempre ha estado cambiando.

Demonizar el CO2 por ser un gas invernadero es el colmo del absurdo. Lejos de ser un contaminante, el CO2 existe naturalmente en el planeta. Es lo que respiran las plantas en el proceso de la fotosíntesis, sin la cual la vida vegetal y animal sería imposible. Por lo tanto, una mayor concentración de CO2 en la atmósfera hasta podría ser beneficiosa para la naturaleza y para la agricultura. Aún suponiendo que el CO2 emitido por el hombre causara un aumento en las temperaturas, olvidándonos por un momento de sus efectos beneficiosos, hay que decir que la proporción de CO2 que generamos al quemar combustibles fósiles es bastante insignificante al lado de lo que se produce de forma natural. Una cantidad ingente de CO2 es emitida a la atmósfera todos los días por hojas que se descomponen, por los océanos, y hasta por volcanes. Por poner un ejemplo, el volcán en Islandia que interrumpió el tráfico aéreo de media Europa en 2010, emitió más CO2 que toda Suiza ese año. El gráfico abajo muestra la proporción de los distintos gases invernaderos, de los cuales el vapor de agua es de lejos el más abundante. El CO2 creado por el hombre no llega a más del 0.28% del total.


Esto se confirma con las recientes imágenes por satélite de la NASA que enseñan las concentraciones geográficas del CO2. La imagen de abajo corresponde a mediciones reales de niveles de CO2 en el aire, y muestra que las zonas de mayor concentración coinciden con los bosques tropicales, no con las zonas de población e industrialización, por lo que podemos concluir que tiene más que ver con causas naturales que con la actividad humana.


¿Puede ser el CO2 la causa del cambio climático? Aquí llegamos al meollo de la cuestión. El guru internacional del alarmismo climático, Al Gore, un multimillonario que en su momento cobraba 300.000 € por conferencia, ganador del Premio Nobel y de un Oscar por su película de ciencia ficción (más ficción que ciencia), An Inconvenient Truth, argumenta que las capas de hielo polar demuestran que hay una relación directa entre los niveles de CO2 en la atmósfera y las temperaturas. En el laboratorio los científicos pueden medir con mucha precisión la concentración de CO2 en capas de hielo a determinadas profundidades que corresponden a edades distintas. También pueden saber con bastante exactitud la temperatura que hacía en cada época, gracias a un análisis de los isótopos de oxígeno en el hielo. El gráfico de abajo muestra los resultados del análisis de las capas de hielo polar en la estación de Vostok en la Antártida.

El Sr. Gore tiene razón; hay una relación estrecha entre la temperatura y el nivel de CO2 en la atmósfera. Lo que se "olvidó" de mencionar en su película es que hay un desfase de al menos 200 años, y que las fluctuaciones de temperatura siempre van por delante de las fluctuaciones de CO2. Es imposible que un evento sea la causa de otro evento anterior, por lo que parece que los cambios en los niveles de CO2 son más bien el resultado de cambios en la temperatura, no a la inversa.  

En esta imagen se aprecian las manchas solares
Si el CO2 no es la causa del cambio climático, que siempre ha ocurrido, ¿cuál es? La respuesta es sencilla: el sol. Es un buen ejemplo de la soberbia del hombre moderno que tantas personas supuestamente inteligentes prefieren creer que nosotros influimos más en el clima que una enorme bola de fuego 300.000 veces más grande que la Tierra, la fuente de toda la luz y el calor que permite la vida en nuestro planeta. Desde los tiempos de los antiguos griegos los astrónomos han estudiado la actividad solar para intentar predecir el tiempo, observando en particular las manchas que tiene en su superficie, que ahora sabemos son concentraciones en el campo magnético. En el siglo XVIII el astrónomo ingles, William Herschel, observó una relación estrecha entre la aparición de manchas solares y el precio del trigo. En 1893 Edward Maunder observó que no había ninguna mancha en el sol, por lo que ese periodo especialmente frío a finales del siglo XIX se ha denominado el Maunder Minimum, como se aprecia en el gráfico abajo.

Toda esta evidencia ha estado allí desde hace mucho tiempo, pero se ha ignorado en favor de una explicación antropogénica. Más recientemente, la Organización Europea para Investigación Nuclear (CERN) en Ginebra, Suiza, ha publicado un estudio que relaciona la aparición de manchas solares con la formación de nubes que enfrían la superficie de la Tierra. Sin embargo, a pesar de la evidencia, la posibilidad de que el sol tenga algo que ver con nuestro clima es sistemáticamente descartada por organismos políticos como la IPCC, el Panel Intergobernamental para el Cambio Climático de la ONU. Insisten que todo se debe al CO2 y que todo es por nuestra culpa.


¿Y qué hay de cierto en las alegaciones de que el cambio climático está detrás de tantos huracanes y otros fenómenos meteorológicos destructivos? A los medios de comunicación les gusta la idea, porque el sensacionalismo siempre vende. Tras cada noticia de una tormenta, una inundación, un huracán, o cualquier fenómeno natural, nos recuerdan que la causa de todo es el cambio climático. Sin embargo, la realidad es otra. Este gráfico, elaborado gracias a los datos del Nacional Hurricane Center de EEUU, muestra que el número de huracanes se ha mantenido constante en los últimos 60 años.

Otra mentira de los alarmistas es que el hielo del Ártico está desapareciendo. Al Gore incluso predijo hace ocho años que en el año 2014 el hielo del Polo Norte podría haber desaparecido por completo. Desde entonces no sólo no ha disminuido la cantidad de hielo polar, sino que ha aumentado. Millones de personas han visto vídeos lacrimógenos de osos polares nadando en el mar abierto, supuestamente porque ya no queda hielo. En contra de toda la evidencia, en el imaginario colectivo persiste la idea de que los polos se derriten y que los osos polares se encuentran al borde de la extinción. Para los que no duermen por las noches pensando en los pobres animales, hay que aclarar que según los datos de la máxima autoridad en esta materia, el Polar Bear Specialist Group, la población mundial de osos polares ha subido en unos 3.000 individuos desde el año 2001.

Termino con un enlace a esta pequeña entrevista con el catedrático de meteorología del Massachusetts Institute of Technology (MIT), Richard Lindzen, al que muchos consideran el hombre que más sabe sobre el clima en el mundo. Su veredicto no puede ser más claro: el clima siempre ha cambiado, y no existe ninguna prueba concluyente de que ahora esté cambiando debido a la influencia del hombre.

Dejo para la tercera y última parte de este artículo algunas reflexiones acerca de las motivaciones de las distintas fuerzas que sostienen el enorme engaño que es el alarmismo climático, y las consecuencias sociales que éste tiene, sobre todo en los países más pobres.
 

viernes, 2 de enero de 2015

El Papa Francisco y el Medio Ambiente I

El Papa Francisco publicará en marzo de este año 2015 una encíclica sobre el medio ambiente. Según Monseñor Marcelo Sorondo, Canciller de la Academia Pontificia de las Ciencias, el Papa quiere influir en la cumbre sobre el clima de París, que tendrá lugar en septiembre. Para Francisco el asunto es de tanta importancia que la encíclica será distribuida a todos los 5.000 obispos y 400.000 sacerdotes del mundo, para que ellos a su vez la distribuyan a los fieles en las parroquias. No contento con eso, en mayo convocará una cumbre de los representantes de todas las religiones del mundo en Londres, con la intención de mobilizar apoyos a favor de un acuerdo para frenar el cambio climático.

La postura de Francisco respecto a cuestiones ecológicas ha quedado cada vez más clara, con declaraciones de este tipo en 2014:
La monopolización de tierras, la deforestación, la apropiación del agua, agro-toxinas inadequadas son algunos de los males que arrancan al hombre de la tierra de su nacimiento. El cambio climático, la pérdida de la biodiversidad, y la deforestación ya evidencian sus efectos devastadores en los grandes cataclismos que vemos.
 También ha salido en defensa de los campesinos desposeídos:
El sistema continúa sin cambios, porque domina la dinámica de una economía y unas financias sin ética. Ya no es el hombre quien manda, sino el dinero.
Su ecologismo, unido a su retórica anti-capitalista, le ha granjeado el aplauso de la izquierda política, pillando a muchos católicos conservadores con el pie cambiado. Sin embargo, creo que sería una torpeza reducir el asunto a la oposición entre izquierda y derecha en el plano político. Cuando se habla del medio ambiente se suele mezclar todo tipo de cuestiones, lo cual dificulta el análisis. Para valorar la postura del Papa habrá de desentrañar un poco estas cuestiones, una por una.

Primero, tengo que estar de acuerdo con Francisco cuando denuncia la inmoralidad del sistema económico global. Lo que mantiene en la pobreza más escuálida a los países en vías de desarrollo, aparte de la corrupción de sus dirigentes y las guerras promovidas y financiadas por el Nuevo Orden Mundial, es principalmente el pecado de la usura, practicada por la banca y sus organismos internacionales como la FMI. Sí, la usura sigue siendo un pecado mortal, aunque ya casi nadie hable de ella. Si el Papa Francisco decide combatir de frente las fuerzas diabólicas de Mamón en el mundo, le apoyaré sin reservas. Sin embargo, si su anti-capitalismo no se cimienta en principios católicos, y resulta ser el primer paso para caer en otro mal de igual gravedad, el marxismo, le resistiré. Viendo su incondicional amistad con la Sinagoga, tengo serias dudas respecto a la primera posibilidad. Dios dirá...

Luego, tengo que hacer un par de aclaraciones.Yo me considero un amante de la naturaleza. Soy montañero casi desde que tengo uso de razón; no hay nada que aprecio más que un paseo por el campo, o una ascensión a un buen pico donde me siento más cerca del Cielo. Valoro y respeto la belleza de los lugares naturales como el ecologista más convencido. Por lo tanto, nada tengo que objetar al ecologismo, si se trata simplemente de proteger los espacios naturales y cuidar la naturaleza, para que nuestros descendientes puedan disfrutar también de ella. A lo que objeto es al ecologismo convertido en religión. Es un fenómeno fácilmente constatable que a medida que Occidente se ha despojado del cristianismo, el ecologismo (entre otras cosas) lo ha reemplazado como guía moral. Hay personas que creen que son "buenas" por separar la basura para el reciclaje, ir al trabajo en bici o dar dinero a Greenpeace. La noción del pecado como ofensa personal hacía Dios ha sido sustituido por "ofensas" contra la Madre Tierra. Pero como todas las falsas religiones hechas por el hombre, es una religión mucho más fácil que la católica. Lo que resulta tan atractivo de la eco-religión es que, aunque vivas a todo tren y goces de una vida de placeres y comodidades, puedes lavar la conciencia plantando unos cuantos árboles en un país del Tercer Mundo, o pagando alguna organización que lo haga por tí. De esta manera la gente rica y famosa, sin ningún interés en guardar los Mandamientos de la Ley de Dios, puede vivir tranquila pensando que su vida inmoral está justificada porque participan en una campaña para salvar la selva amazónica, o una cosa por el estilo. Ya lo dijo Chesterton:
cuando la gente deja de creer en Jesucristo, no deja de creer sin más, sino que cree en cualquier cosa. 
Cuento una anécdota, para que se entienda hasta qué punto el ecologismo puede ser una religión del Demonio. Hace años estuve recogiendo firmas para una iniciativa legislativa popular, para obligar a las autoridades a proporcionar ayuda material a las mujeres embarazadas en peligro de abortar a sus hijos. Pedí firmas a todos mis compañeros de trabajo, donde hay gente de todas las ideologías. Me imagino que muchos firmaron sólo por no decirme que no, pero hubo dos personas que se negaron: una era una femi-nazi de la que no esperaba otra cosa, y el otro era delegado de Adena (la ONG cuyo símbolo es el oso panda). Su explicación fue que el aborto le parecía fenomenal, porque reducía el exceso de población humana, que en su opinión dañaba la Tierra. Según él, lejos de dificultar el aborto, habría que fomentarlo, para matar al máximo número posible de seres humanos. Ante semejante apología del genocidio, en nombre del ecologismo, me quedé sin palabras.

La eco-religión que se predica hoy en día bebe de las teorías antinatalistas de Thomas Robert Malthus. Al principio del siglo XIX este clérigo inglés predijo erróneamente todo tipo de catástrofes debidas al aumento de la población humana. Charles Darwin recogió su idea de la necesidad de limitar las poblaciones humanas en pro de una mayor calidad de vida, y toda la corriente eugenista que nace con Darwin y su primo, Francis Galton, perpetúa el mito de la sobrepoblación. Digo que es un mito, porque con los avances en la agricultura y la producción de alimentos, la Tierra es sobradamente capaz de alimentar a todas las personas que viven hoy en día. De hecho, los países más densamente pobladas son los países más ricos. En pleno siglo XXI es el colmo del fanatismo que en Occidente se insista en las teorías fallidas de Malthus, sobre todo porque todos los países que antaño fueron cristianos tienen una tasa de nacimientos muy por debajo de la necesaria para el reemplazo generacional. Es decir, si no se da la vuelta a la tendencia actual (y es muy difícil de imaginar como se podría lograr), estos países están condenados a una extinción lenta pero segura.

Thomas Robert Malthus (1766-1834)
En el fondo los ecologistas radicales ven la humanidad como un cáncer que hay que erradicar. Dado que no están dispuestos a dar un buen ejemplo auto-erradicándose, proponen exterminar a los que tachan de indeseables; antes eran los discapacitados; luego eran los pobres; ahora son los no nacidos. El término embarazo no deseado en sí es producto de la filosofía malthusiana, porque busca justificar el exterminio de los que supuestamente ponen en peligro la calidad de vida de toda la especie humana.

También habría que advertir que muchos de los que pasan por ecologistas no son más que comunistas disfrazados. Por esto se les llaman cariñosamente "sandías"; verdes por fuera, rojos por dentro. Con la caída del muro de Berlín en el ´89, millones de comunistas en Occidente buscaron otra causa con mayor proyección de futuro y vieron en la ecología una vía nueva para llegar a la misma meta. Sin tener que renunciar a sus principios fundamentales, como el ateísmo materialista, el colectivismo, o el anticapitalismo, se unieron a la lucha por "salvar el planeta".


Ahora las ONG´s ecologistas poco o nada tienen que ver con el movimiento en sus inicios. El ecologismo o conservacionismo surgió en Inglaterra a principios del siglo XIX, con la Revolución Industrial, el consecuente éxodo rural, y la degradación de la calidad de vida en las ciudades. El poeta romántico, William Wordsworth, fue quizás el primer pensador que articuló la necesidad de preservar espacios naturales para el disfrute de futuras generaciones. Hablando del famoso Lake District del norte de Inglaterra, dijo esto en 1835:
Es una especie de propiedad nacional a la que cada hombre tiene derecho; todo aquel que tenga un ojo para ver y un corazón para alegrarse tendrá interés en ella.
J.R.R. Tolkien
 Esta conciencia conservacionista fue a más durante el siglo XIX en Inglaterra. A medida que las ciudades se fueron contaminando y afeando, el anhelo de sus habitantes por los lugares naturales aumentó. El celebérrimo autor, J.R.R. Tolkien, representa bien el espíritu ecologista inglés de principios del siglo XX, y su trilogía El Señor de los Anillos lo refleja claramente; los orcos, criaturas sin mezcla de bien alguno, talan los árboles por pura malicia, mientras que los elfos, criaturas angélicas sin pecado, cuidan de los bosques y viven en permanente armonía con la naturaleza.

Si el ecologismo no fuera más que lo que se transmite en los libros de Tolkien, yo sería el más ecologista de todos. Sin embargo, como he explicado, el movimiento ecologista hoy en día ha sido secuestrado por marxistas e idólatras, que en lugar de adorar al Creador, adoran Su Creación, y por este error fundamental caen en todo tipo de fanatismos. Si el Papa piensa escribir una encíclica sobre el medio ambiente, deberá tener esto muy en cuenta y dejar claro cual es la postura católica frente a la diabólica eco-religión de hoy en día, porque de lo contrario se aliará con grupos poco recomendables, enemigos acérrimos de la Iglesia de Cristo.

Con esta salvedad, no hay nada en principio que impida que un Pastor Supremo hable del medio ambiente, porque es cierto que existe una obligación moral del hombre hacía la Tierra. No somos dueños de este mundo, sino sus custodios, por lo que causar daños irreversibles a la naturaleza que el Señor ha creado para nuestro uso y disfrute es un abuso de nuestra libertad. Sin embargo, el ecologismo no solo arrastra errores filosóficos, sino también científicos. La ONU y el lobi verde nos dicen que el planeta se está calentando a un ritmo alarmante, que este calentamiento se debe principalmente a la actividad del hombre, y que sus efectos serán calamitosos. Estas afirmaciones se basan en una interpretación sesgada de los datos científicos, y es muy fácil ver motivaciones ideológicas detrás. Además, son rechazadas por científicos de primer nivel, científicos que se la juegan al ir contra el dogma políticamente correcto, que lógicamente reciben menos publicidad y subvenciones que sus colegas que promueven la teoría del calentamiento global.

Por ello, creo que sería un grave error si, además de hablar del medio ambiente en términos morales, el Papa tomara partida por una hipotesis científica muy polémica, como es el calentamiento global antropogénica (causado por el hombre). El Papa tiene la autoridad de Cristo, si la quiere ejercer, cuando habla de cuestiones de fe o de moral; pero cuando habla de cuestiones científicas, sin base alguna en las Escrituras o la Tradición, como es este caso, su autoridad no es mayor que la mía o de cualquier otra persona. Por esta razón creo que no sería nada conveniente que se pronunciara sobre el calentamiento global, ya que su opinión personal sobre un tema fuera de su competencia no tiene cabida en una encíclica, que es un documento magisterial.

En la segunda parte del artículo me centraré en la polémica científica acerca del calentamiento global.