Publicado el 21 de marzo de 2013
En el Presidente de EEUU, Barak Obama, se confirma el dicho, “somos rehenes de nuestras palabras y dueños de nuestro silencio”. Tras la masacre en un colegio de Connecticut hace unos meses, Obama pronunció un discurso supuestamente en defensa de los niños, e implícitamente en contra de la tenencia de armas. Es un completo disparate argumentar en contra de la tenencia de armas, con el fin de proteger a niños inocentes de personas armadas. Para una reflexión sobre el tema, vean mi artículo, El Derecho a Portar Armas.
Olvidando por un momento el asunto de las armas, las mismas palabras de Obama, aplicadas muy hábilmente en este vídeo, al genocidio del aborto, desvelan la hipocresía de este hombre. Le importa un rábano la vida de los niños, ya que es un presidente con las manos tan manchadas de sangre inocente, que a su lado Herodes parece un bonachón.
- Tenían toda su vida por delante; cumpleaños, graduaciones, bodas, hijos propios.
- (0:39) He estado reflexionando sobre esto en los últimos días, y si somos honestos la respuesta es “no”.
- (0:51) Estas tragedias deben acabar. Nos dirán que las causas de esta violencia son complejas, y es verdad. Pero eso no puede servir de excusa para la inacción.
- (1:03) Si hay un sólo paso que podemos dar para salvar a un niño, sin duda tenemos la obligación de intentarlo.
- (1:12) ¿Estamos dispuestos a decir que somos impotentes frente a tamaña masacre, que la política es demasiado dura? ¿Estamos dispuestos a decir que esta violencia que azota a nuestros hijos, año tras año, tras año, es de alguna manera el precio de nuestra libertad?
Esto lo publico ahora, para animar a todos los lectores a prepararse para el Día Internacional de la Vida, el 25 de marzo. Este día, que se ha elegido por ser el día de la Anunciación, cuando Nuestro Señor se hizo carne en el vientre de la Santísima Virgen María, debemos orar con especial fervor por el fin del aborto en el mundo. Hagamos sacrificios para que ese objetivo llegue pronto.
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