Como ya he explicado en otro artículo, los que somos de descendencia europea tenemos más razón que nadie de sentirnos orgullosos de nuestra herencia cultural, porque nuestros antepasados construyeron la civilización más gloriosa que ha existido jamás: la Cristiandad. Esta civilización fue tan gloriosa precisamente porque su raíz era el cristianismo. Ya lo dijo Nuestro Señor: ningún árbol bueno da malos frutos. Los frutos de la Cristiandad fueron tan abundantes que aún estamos viviendo de sus réditos, a pesar de que el Enemigo acabó con ella hace mucho tiempo. Algunos "inventos" de la Cristiandad, que hasta el más ateo podrá apreciar, incluyen: la universidad, los hospitales públicos, los gremios profesionales y los orfanatos. En el terreno religioso, el monacato alcanzó su máximo esplendor, en las grandes ciudades se construyeron las catedrales góticas que aún no tienen parangón en la arquitectura universal, el escolasticismo aportó luz a la teología, miles de hombres, desde campesinos hasta reyes, dejaron su casa para ir a luchar en Tierra Santa por amor a Nuestro Señor, y grandísimos santos como San Francisco de Asís y Santo Domingo, con su ejemplo y su predicación, llamaron a todos (incluidos los infieles) a la conversión y a la fe en Jesucristo. No está mal para lo que se viene llamando una "era oscura". [2] ¡Ojalá tuviéramos un poco de esa oscuridad en nuestros tiempos!
Volviendo a David Duke, en este vídeo (y otros muchos similares) se puede comprobar, además de la veracidad de su mensaje, su calidad humana. Lejos de lo que sus adversarios le acusan de ser (lo típico: un racista, un peligroso extremista, un intolerante, etc.), habla de forma muy templada, sin ningún indicio de rencor u odio. Naturalmente este señor habla sin los exabruptos de los comentaristas liberales anticristianos, porque cuando uno habla desde el corazón y tiene la verdad de su lado, no es necesario alzar la voz. En el vídeo en cuestión, Duke denuncia la porquería que sale de la industria cinematográfica en Hollywood, controlada por ya-sabemos-quienes. En concreto critica la película Malditos Bastardos [1], que glorifica la tortura y el asesinato (siempre que sea de alemanes, por supuesto). A pesar de su mensaje sádico y racista (o quizás debido a eso), esta película fue nominada a nueve premios en los Oscar.
Siguiendo el refranero español, Duke acusa a los productores judíos de esta asquerosa cinta de carecer precisamente de lo que presumen. ELLOS son los "malditos bastardos", los que quieren pervertir a una generación entera de jóvenes con su odio hacía la raza europea y hacía Jesucristo. Sí, las dos cosas van unidas, no porque los blancos somos mejores, sino por lo que he explicado sobre la Cristiandad. La cuna de la civilización cristiana por excelencia fue Europa. Los que ya-sabemos-quienes odian a Cristo y odian todo lo que les recuerda a Él; por tanto odian a la raza europea y hacen todo lo posible por exterminarla. Visto lo que está ocurriendo últimamente en Europa yo diría que están teniendo bastante éxito.
Con una estrella idolatrada como Brad Pitt como protagonista, el mensaje racista anti-blanco cala en la mente y en las almas de los espectadores fácilmente influenciados. Los degenerados como Pitt y Quentin Tarantino, el director de la película, son traidores que conspiran contra su propia raza. Los europeos que colaboran con el enemigo en la destrucción de lo que queda de la Cristiandad, son recompensados con sus treinta monedas de plata. Pitt, Tarantino y otras estrellas de Hollywood son encumbrados por ya-sabemos-quienes, a la vez que alguien como David Duke, que alza la voz contra esta máquina de odio, son acusados (¡dulce ironía!) de difundir el odio. Hay que matizar; evidentemente no TODOS los judíos conspiran contra la raza blanca, ni participan en la difusión de aberraciones morales. En este artículo hago algunas generalizaciones, aunque para ilustrarlas nombro a personas de raza judía con nombres y apellidos. Sobre todo hablo de las organizaciones judías sionistas, que trabajan como grupos de presión, usando su enorme influencia para manejar la opinión pública.
La influencia judía en el cine hollywoodiense es bien conocida por todos, pero lo que no se sabe tanto, porque seguramente no interesa que se sepa, es que los judíos son también los principales propietarios y promotores de la industria de la pornografía. Esto no lo digo yo; lo dicen ellos. Uno de los pioneros y el gran referente de la pornografía a gran escala en EEUU fue el judío Reuben Sturman, quien llegó a ganar unos $300 millones al año con el negocio (¡que los disfrute allí abajo!). A su muerte en 1997, Eric Schlosser (otro judío) escribió lo siguiente acerca de este indeseable en US News & World (de propiedad judía, naturalmente):
Sturman fue un genio del marketing, cuya inteligencia y confianza ilimitada en sí mismo fueron responsables de su éxito.En 2004, en el Jewish Quarterly, el periodista judío, Nathan Abrams, escribió un artículo titulado Triple Exthnics, en el cual dejó al descubierto el papel predominante del "pueblo elegido" en la industria pornográfica. En sus propias palabras:
Aunque los judíos compongan tan sólo un 2% de la población americana, dominan la pornografía.Abrams citó a otro pornógrafo judío, Al Goldstein, quien dijo esto:
La única razón por lo que los judíos estamos en la pornografía es que Jesucristo no nos gusta.
Nathan Abrams, autor de Triple Exthnics |
Un odio atávico hacía la autoridad cristiana; buscan debilitar la cultura dominante en América mediante la subversión moral.Hay que insistir que en ningún momento Abrams expresa desaprobación hacía los pornógrafos de su raza; más bien todo lo contrario. Abraham Foxman, director de la ADL (Anti Defamation League), un lobby judío que persigue a todos los enemigos, reales e imaginarios, de esta raza, también piensa que la pornografía es una profesión tan honorable como cualquier otra. Esto es lo que opina Foxman acerca de los pornógrafos judíos, según le cita Abrams en su trabajo:
Lo hicieron persiguiendo el sueño americano.Antes de que alguien me acuse de "antisemitismo", una de las etiquetas prefabricadas de los liberales, tan manida que ahora no significa prácticamente nada, déjeme insistir que he citado a un académico judío, escribiendo en una revista judía, que es además una de las más prestigiosas del mundo. No he calumniado a nadie, porque todo está documentado. Son ellos mismos quienes se retratan; yo me limito a citar sus propias palabras. Si contar las cosas como son es antisemitismo, me declaro culpable.
Lo gracioso es que el mismo hombre, Abraham Foxman, que alaba a los mayores promotores de la depravación sexual en Occidente, quiso prohibir la película La Pasión de Cristo de Mel Gibson por "fomentar el antisemitismo". Todos leemos el mismo Evangelio, pero según Foxman es intolerable que una película transmita la idea de que "los judíos mataron a Cristo". Es decir, le parece muy bien la degradación de millones de personas a través de la pornografía, pero una película que cuenta el la Pasión de Cristo tal y como figura en el Evangelio, es fruto del odio.
Los judíos también tienen el dudoso honor de ser los principales promotores del homosexualismo. Ahora que se ha logrado transformar la moral colectiva de países enteros, gracias al bombardeo de mensajes a favor de la homosexualidad en todos los medios a su alcance, los judíos reconocen abiertamente el papel que han jugado en esta obra de ingeniería social, y hasta se jactan de ello. El sionista católico-de-nombre-sólo, Joseph Biden, vicepresidente de los EEUU, felicitó a la comunidad judía por este "logro" en 2013, cuando habló en una reunión del Jewish Heritage Month. Habló de los medios de comunicación en general y específicamente de un programa de televisión de la NBC (de propiedad judía, naturalmente) que contribuyeron a cambiar la actitud de los americanos hacía la homosexualidad. El periódico israelí, Ynetnews, tituló con orgullo la noticia: "Los líderes judíos abrieron el camino hacía el matrimonio gay". Esto es lo que dijo Biden:
El 85% de estos cambios, sea en los medios sociales, en Hollywood, son la consecuencia de los líderes judíos en la industria.Todos los grupos de presión judíos, incluyendo la ADL, abogaron a favor del gaymonio que el Corte Supremo de EEUU aprobó el año pasado. Sin embargo, todos estos grupos, que adoran el estado de Israel, se callan frente a las leyes de ese país, donde no solamente es ilegal el gaymonio, sino hasta el matrimonio interracial. Sí, querido lector, ha leído bien. El Israel un matrimonio entre un judío y un goy (un no-judío) no es reconocido por ley. ¿Se imagina el escándalo si mañana Ángela Merkel decidiera que en Alemania el matrimonio entre blancos y negros no tiene validez legal? Los primeros en poner el grito en el cielo serían los multiculturalistas judíos. Son muy multiculturalistas cuando se trata del mestizaje de OTRAS razas, pero cuando se trata de la suya, no quieren mezclarse. Por no mezclarse, las mujeres árabes tienen que parir en otras plantas de hospital que las mujeres hebreas. A pesar de los discursos sionistas a favor del mestizaje, no existe ninguna nación desarrollada donde la segregación racial está tan arraigada como en Israel.
El negocio del aborto en Occidente fue en gran medida posible debido a los esfuerzos de los judíos. De hecho, en EEUU los cuatro fundadores de NARAL (National Abortion Rights League) eran judíos. Aporto los nombres para que nadie me acuse de inventar esto. Eran: Dr. Christopher Tietze del Population Institute, Dr. Alan Guttmacher presidente de Planned Parenthood Federation, Dr. Etienne-Emile Baulieu, inventor de la píldora abortiva RU-486 y Dr. Bernard Nathanson, después converso católico y activista pro-vida. En su apasionante autobiografía, La Mano de Dios, el Dr. Nathanson describe las tácticas sucias que usaron para legalizar el asesinato de los no-nacidos en EEUU. Calumniaron a la Iglesia Católica, culpándola por las muertes por abortos clandestinos. Sabiendo que unas 200 mujeres morían anualmente de abortos clandestinos, publicaron la cifra absurda de 10.000 muertes al año. ¡Y la gente se lo creyó! Tras su éxito de 1973 con la sentencia del Tribunal Supremo, Roe vs Wade, el negocio legal del aborto en EEUU ha sido dominado por judíos. Se estima que ahora más o menos la mitad de las "clínicas" abortivas en ese país son propiedad suya. Esto lo reconoce con pesar el judío pro-vida, Kenneth Mitzner:
Es un hecho trágico pero demostrable que la mayoría de los líderes del movimiento abortista son de raza judía.En otros países en más de lo mismo. Sólo dos ejemplos más, para no aburrir. La judía Simone Veil fue la ministra de Sanidad responsable de legalizar el aborto en Francia en 1975, y el que más hizo para lograr lo mismo en Canadá fue el judío Dr. Henry Morgentaler, que luego se hizo muy rico gracias a su cadena de abortorios. En el fondo no es de extrañar este fenómeno, porque en el Talmud, el libro sagrado de los judíos por excelencia, se deja claro que un ser humano no se puede considerar "persona" hasta 30 días DESPUÉS del nacimiento. Y luego nos dicen que todas las religiones son buenas...
En cuanto a la inmigración, las organizaciones internacionales judías quieren abrir las fronteras de Occidente a países del tercer mundo. El periodista judío David Aaronovitch resumió la postura liberal que suelen adoptar los sionistas respecto a la inmigración, cuando escribió esto en The Times sobre los solicitantes de asilo:
Si se organizara bien, podríamos meter [en el Reino Unido] a todos, y ni lo notaríamos.Esto es un auténtico delirio. Dijo George Orwell que "algunas ideas son tan absurdas, que sólo un intelectual sería capaz de creérselas." Según los liberales judíos, llenar el Reino Unido de extranjeros está fenomenal, pero cuando se habla de Israel la cosa cambia. Si no eres de raza judía no puedes inmigrar legalmente al estado de Israel. Es interesante notar que a las autoridades israelíes les da igual que creas en Dios; un judío ateo tiene tanto derecho de inmigrar a Israel como un rabino ortodoxo. Pero si eres de sangre judía pero de fe cristiana te exigen una apostasía previa para aprobar tu solicitud inmigratoria.
La doble moral de las organizaciones judías es realmente asombrosa. Por ejemplo, han salido en bloque para hacer campaña contra Donald Trump, el candidato presidencial republicano, porque consideran que es "racista" por querer construir un muro entre EEUU y México. Sin embargo, cuando Benjamin Netanyahu, presidente de Israel, dice que quiere rodear su país de muros, "para protegernos de bestias salvajes", nada dicen al respecto ADL, AIPAC, el American Jewish Committee, B´nai B´rith, y los demás lobbys judíos. Al menos, yo no he tenido noticias de protestas.
En este articulo, Porqué la Reforma Migratoria es una Cuestión Judía, Stosh Cotler, presidente de Bend the Arc: A Jewish Partnership for Justice, habla de forma muy elocuente de "la enseñanza judía de acoger al extranjero", y de las penurias que padecen los refugiados. Cuenta, por ejemplo, como una visita a un centro de detención para solicitantes de asilo en Inglaterra le rompió el corazón a Rabbi Zvi Solomon. Todo muy enternecedor, pero es una hipocresía siempre fijarse en los países europeos y en los EEUU y callar respecto a la actual política migratoria de Israel. ¿A cuántos refugiados sirios ha acogido Israel durante la gran crisis de este año? Según he podido averiguar, la cifra total asciende a 90. No 90.000, sino 90. Por si algún lector no lo sabía, Israel tiene frontera con Siria. ¿Cómo es posible entonces, que los refugiados prefieran caminar hasta la punta occidental de la costa turca, arriesgar sus vidas cruzando el Mediterráneo en barcas hinchables y atravesar todo el continente europeo a pie hasta Alemania o Suecia, antes que hacer el corto trayecto hacía su rico vecino? La razón es sencilla: Israel no los quiere acoger, y aunque lograran burlar las fuertes medidas de seguridad para pasar ilegalmente a territorio israelí, allí no disfrutarían de ninguna ayuda económica ni social, y en el caso de ser arrestados, serían inmediatamente deportados. No estoy diciendo que Israel tendría que acoger a miles de inmigrantes; está en su derecho decir que no quiere acoger a ninguno. Lo que digo es que la hipocresía sionista es intolerable; no se puede hacer campaña a favor de "papeles para todos" cuando se trata de Europa y EEUU, y cuando se trata de Israel justificar el cierre absoluto de las fronteras. O todos moros o todos cristianos.
Los judíos muestran muchísima compasión hacía los que invaden OTROS países, pero cuando se trata del SUYO se protegen ferozmente de los extranjeros. Como ejemplo de ello, lo que dijo en marzo de este año el Gran Rabino Sefardita de Israel, Yitzhak Yosef:
La única razón por la que se les permite [a los gentiles] quedarse en el estado judío es que aún no ha llegado el Mesías. Si nuestra mano estuviera firme, si tuviéramos poder para reinar, les expulsaríamos. Sin embargo, nuestra mano no está firme, porque esperamos el Mesías.
El Gran Rabino, Yitzhak Yosef |
Algo similar pasa con el control de armas de fuego, que en EEUU es un tema candente. Todas las organizaciones judías están a favor de desarmar la población estadounidense, supuestamente para su propio bien, mientras que en Israel el gobierno anima a los colonos a tener y llevar armas para la autodefensa. La senadora judía sionista de EEUU, Dianne Feinstein, que lidera actualmente el movimiento para el control de armas desearía desarmar a todos los ciudadanos americanos. En la práctica sólo desarmaría a los que respetan la ley; ningún delincuente entregaría su arma, por muchas leyes que se aprueben, porque por definición los delincuentes no obedecen las leyes. Mientras trabaja para eliminar el derecho a poseer y portar armas, garantizado por la Constitución de los EEUU, Feinstein vive en una mansión protegida las 24 horas del día por guardias de seguridad armados. Si realmente creyera que las armas son un peligro para la sociedad, diría a sus guardaespaldas que pueden dejar sus pistolas en casa. No lo hace, porque es una hipócrita de primer orden; lo que de verdad quiere es que LOS DEMÁS no tengan armas.
Así que la próxima vez que oye a una estrella multimillonaria de Hollywood hablar en favor de abrir las fronteras de Europa y EEUU a todos los que desean entrar, o despotricar contra la tenencia de armas por parte de ciudadanos honrados, recuerde que son marionetas en manos de la industria, y esta industria a su vez está al servicio de una causa: el sionismo. Es de risa ver a George Clooney arremeter contra Donald Trump y lamentarse por la crisis de "refugiados" sirios. Este actor tiene un palacio (no se puede llamar casa) a orillas del lago Como, Italia, valorado en unos $100 millones, que ni siquiera pisa fuera de la temporada veraniega. ¿A cuántos sirios ha acogido Clooney en este palacio? ¿Acaso no hay sitio en sus 22 habitaciones para NI UN refugiado? Clooney, y otros lacayos liberales de su calaña, son muy generosos con el dinero y los recursos de OTROS. Están encantados de que pueblecitos alemanes sean invadidos por miles de musulmanes tercermundistas, porque ellos no padecen las consecuencias de estas políticas suicidas. Nadie estropeará la vista desde su mansión; sus hijos no irán a un colegio público abarrotado de hijos de inmigrantes analfabetos; y sus mujeres estarán siempre escoltadas por guardaespaldas armados.
David Duke se atreve a hablar de todos estos asuntos y desenmascara la enorme hipocresía de las organizaciones judías y sus títeres a sueldo. No obstante, creo que por muy meritorio que sea su trabajo, se queda corto. Creo que al centrar el problema en la raza se olvida de lo esencial; el sionismo, el racismo anti-europeo y las perversiones morales, subvencionadas y orquestadas por el judaísmo internacional, tienen una raíz espiritual. Para entender las causas de lo que hace ahora la judería, hay que remontarse al siglo I. Los líderes religiosos de la época, los fariseos, rechazaron a Nuestro Señor y consiguieron que se le crucificara. El judaísmo rabínico actual proviene del fariseísmo; con la destrucción del Templo en Jerusalén en el año 70 d.C. prácticamente desaparecieron las demás ramas del judaísmo, y el fariseísmo se convirtió en la rama dominante, que luego pondría por escrito las "tradiciones de hombres" de la época babilónica, que forman la base del Talmud. Los que manejan los hilos hoy en día en Israel, en Hollywood, en los medios de comunicación de masas, y en las finanzas internacionales, son hijos espirituales de Caifás y sus adláteres. Ellos nos aseguran que son "hijos de Abraham", pero ya sabemos lo que dijo Nuestro Señor: "Dios puede hacer hijos de Abraham de estas piedras". (Mateo 3:9) Según Nuestro Señor, los fariseos tenían un padre bien distinto (leer Juan 8:44). Es el mismo que tienen hoy en día los judíos que promueven todo tipo de aberraciones morales y luchan por el exterminio de la raza blanca. Hasta que los "pérfidos judíos" no se arrepientan y reciban el bautismo, no cambiarán un ápice.
NOTAS
[1] Dado que el Sr. Duke es un caballero, elude pronunciar la palabra fea contenida en el título de la película. Cambia la pronunciación de "bastards", convirtiéndola en "basterds", que no significa nada. Yo no soy tan caballeroso, y además sería un lío inventar una palabra nueva que mis lectores no entenderían. Por ello, traduzco "basterds" (palabra inventada) por "bastardos".
[2] En inglés lo que sucede a la Era Antigua, con la caída de Roma en el año 476, se suele denominar "Dark Ages". Luego, el Renacimiento sería el renacer de la cultura, como si no hubiera habido cultura durante los 1000 años intermedios. Toda la nomenclatura que usamos hoy en día es producto de pensadores anticlericales de la mal-llamada Ilustración del siglo XVIII. Ellos odiaban a la Iglesia Católica, por lo que deliberadamente pusieron el término despectivo "Edad Media" a su época de máximo esplendor, lo cual implica que no ocurrió nada significativo, un milenio perdido entre la Antigüedad y el Renacimiento.
[2] En inglés lo que sucede a la Era Antigua, con la caída de Roma en el año 476, se suele denominar "Dark Ages". Luego, el Renacimiento sería el renacer de la cultura, como si no hubiera habido cultura durante los 1000 años intermedios. Toda la nomenclatura que usamos hoy en día es producto de pensadores anticlericales de la mal-llamada Ilustración del siglo XVIII. Ellos odiaban a la Iglesia Católica, por lo que deliberadamente pusieron el término despectivo "Edad Media" a su época de máximo esplendor, lo cual implica que no ocurrió nada significativo, un milenio perdido entre la Antigüedad y el Renacimiento.
Excellent article, Christopher, many thanks! There need to be more voices in this battle. The "Goyim" have been silent for too long or know too little about what is going on. God bless you for you work. And indeed, may we never forget that this is a spiritual battle since those "Children of Abraham" (as they claim to be) can become Children of God through the baptism instituted by Our Lord Jesus Christ, the True Messiah, which is administered by His Church.
ResponderEliminar(Lo he escrito en inglés porque a veces mi español es un poco flojito)