Por Chris Jackson, columnista de The Remnant
Un artículo reciente en The New York Times recogió los resultados demoledores de una encuesta por Pew Research:
En general Pew encontró que un 55% de hispanos en los EEUU se identificaban como católicos en 2013, un descenso desde 67% en 2010. Alrededor de un 22% de hispanos se identificaban como protestantes, incluido un 16% que dicen que son evangélicos o “born-again”, y un 18% dicen que no tienen afiliación religiosa.Este es el caso a pesar de los esfuerzos constantes de la Iglesia Conciliar en los EEUU de atraer a los hispanos:
“Es sorprendente en parte por la magnitud del descenso en un periodo corto”, dice Cary Funk, un investigador de Pew. “Estamos viendo un aumento en el pluralismo religioso entre hispanos, y una mayor polarización en el espectro religioso.”
Al ser preguntados porqué abandonaron la fe de su infancia, las dos respuestas más frecuentes eran que simplemente se alejaron, o que dejaron de creer en lo que enseña la Iglesia.
La Iglesia Católica ha trabajado durante años para incrementar su apostolado entre los hispanos. En un blog de esta semana, la Hermana Mary Ann Walsh, la portavoz de la Conferencia Episcopal de EEUU, notó que la Iglesia ahora requiere que sus seminaristas aprendan español, que ha habido un incremento en el número de diáconos hispanos, y que hay varios obispos hispanos al frente de grandes diócesis, incluido Los Ángeles, Sacramento y San Diego.
Sin embargo, reconoce que existe un reto.
Hmmm… veamos si sumamos dos más dos, y resolvemos este enigma para nuestros amigos en la Conferencia Episcopal."Todo el mundo, incluido los hispanos, especialmente los jóvenes, puede sucumbir a lo que se ha convertido en un problema americano, el relativismo religioso. Quizás inspirado por una música emocionante o un predicador apasionado, dejas la Iglesia de tus padres para irte a otra o a ninguna”, escribió. Añadió lo siguiente: “Da miedo pensar que el relativismo religioso pueda ser la mayor amenaza para la cada vez más importante comunidad católica hispana."
Primero, ¿qué sabemos? Sabemos que la Iglesia de EEUU ha estado
trabajando “durante años para incrementar su apostolado entre los
hispanos.” También que ha ofrecido innumerables Misas en español,
diáconos hispanos a montones, y el Papa ha nombrado obispos hispanos
para grandes diócesis.
También sabemos que, a pesar de estos esfuerzos, los católicos
hispanos abandonan la Iglesia Conciliar en masa. ¿Por qué? La Hermana
Mary Ann Walsh dice que es debido al relativismo religioso.
¿De veras? ¿Y cuál podría ser la causa de este relativismo religioso tan pernicioso? ¿Cómo narices se les podría meter en la cabeza a los hispanos católicos de EEUU la absurda idea de que una religión vale tanto como otra?
¿Tendrá algo que ver el mensaje por vídeo que envió el Papa Francisco a un tele-evangelista protestante, en el que le llamó hermano obispo? ¿Tendrá algo que ver la bendición de un ministro metodista al Cardenal O´Malley? ¿Tendrá algo que ver que el Cardenal DiNardo prestó “su” catedral a un ceremonia metodista de “consagración”?
¿Y tendrá algo que ver con esto el Concilio Vaticano II? Se oye mucho sobre el Concilio y se predica desde los púlpitos. ¿Qué dice sobre los miembros de denominaciones cristianas no católicas?
Pues hay muchos que honran la Sagrada Escritura como norma de fe y vida, muestran un sincero celo religioso, creen con amor en Dios Padre todopoderoso y en Cristo, Hijo de Dios Salvador; están sellados con el bautismo, por el que se unen a Cristo, y además aceptan y reciben otros sacramentos en sus propias Iglesias o comunidades eclesiásticas. Muchos de entre ellos poseen el episcopado, celebran la sagrada Eucaristía y fomentan la piedad hacia la Virgen, Madre de Dios. Añádase a esto la comunión de oraciones y otros beneficios espirituales, e incluso cierta verdadera unión en el Espíritu Santo, ya que El ejerce en ellos su virtud santificadora con los dones y gracias y a algunos de entre ellos los fortaleció hasta la efusión de la sangre. (Lumen Gentium 15)Hmmm…. ¿Que más dice el Concilio Vaticano II sobre las denominaciones protestantes?
Es más: de entre el conjunto de elementos o bienes con que la Iglesia se edifica y vive, algunos, o mejor, muchísimos y muy importantes pueden encontrarse fuera del recinto visible de la Iglesia católica: la Palabra de Dios escrita, la vida de la gracia, la fe, la esperanza y la caridad, y algunos dones interiores del Espíritu Santo y elementos visibles…
Los hermanos separados practican no pocos actos de culto de la religión cristiana, los cuales, de varias formas, según la diversa condición de cada Iglesia o comunidad, pueden, sin duda alguna, producir la vida de la gracia, y hay que confesar que son aptos para dejar abierto el acceso a la comunión de la salvación.Interesante. Así que si partimos de la premisa de que da igual la religión a la que pertenezcamos, ¿cómo vamos a querer que los católicos hispanos se queden en la Iglesia Católica? Bueno, podemos darles Misas en español, diáconos hispanos a montones, y nombrar a obispos hispanos. Espera un segundo, eso ya lo estamos haciendo y no funciona.
Por consiguiente, aunque creamos que las Iglesias y comunidades separadas tienen sus defectos, no están desprovistas de sentido y de valor en el misterio de la salvación, porque el Espíritu de Cristo no ha rehusado servirse de ellas como medios de salvación, cuya virtud deriva de la misma plenitud de la gracia y de la verdad que se confió a la Iglesia. (Unitatis Redintegratio 3)
Bueno, millones de católicos americanos abandonan la Iglesia para unirse al movimiento carismático protestante. Démosles cantos de alabanza “emocionantes” con “Misas carismáticas”. Añadamos a esto unos cuantos “predicadores apasionados”, si es lo que buscan.
Pero, espera. ¿No será que encontrarán mejores celebraciones carismáticas y predicadores más apasionados en el protestantismo? ¿No son ambas cosas precisamente especialidades protestantes?
Estoy pensando en una solución creativa y sé que sonará como una locura. Si no recuerdo mal, los jesuitas convirtieron a toda la población de Hispanoamérica desde el año 1500. ¡Sí! ¿Y cómo lo hicieron? Bueno… tenían el Concilio de Trento y la Misa Tradicional. ¡Fascinante! ¿Quieres decir que los nativos renunciaron a sus prácticas y rituales paganos y abrazaron el catolicismo en masa debido a estos esfuerzos misioneros? Sí. ¿Y ni siquiera tenían Misa en su propio idioma? No.
¡Wow! Debe de ser que los nativos buscaban algo que ninguna otra religión les podía dar. Buscaban la Única y Verdadera Iglesia fundada por Dios para la Salvación de toda la humanidad. Querían participar en el acto redentor de Cristo de la manera más íntima posible, a través de Su Santa Misa. Para ello no fue necesario entender una sola palabra del misal. Una vez convertidos jamás hubieran contemplado trocar el tesoro de la gracia santificante por las payasadas de cualquier secta.
Un concepto interesante, ¡y menudos frutos! Sin embargo, sabemos que esto nunca funcionaría en nuestra época moderna. No podemos exigir a nuestros hermanos hispanos de 2014 que sean atraídos por la Verdad en nuestra doctrina y por la reverencia en nuestras Misas. No sería ecuménico anunciarles que no podrán salvar su alma en ninguna religión que no sea la católica. Sería además una falta de caridad.
Por suerte tenemos un último recurso. Da igual la nacionalidad que tengas, a todo el mundo le gusta la música mariachi. Cuando vas a un restaurante mexicano ¿a que te encanta el grupo de mariachis? Así que, queridos amigos en la Conferencia Episcopal, tengo la respuesta: ¡Misas de mariachis! Sólo tenemos que ofrecerles más música mariachi y es impensable que nuestros hermanos hispanos abandonen la Iglesia.
¡Ándale, ándale!
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